Desde que Corumoner conoce a [%username], suerte de Sugo ha ido a mejor. Daeva ha demostrado gran amabilidad para con pobre Corumoner.
Pero como faltan [plur][%dic:STR_DIC_LF3_1493], aún sigue deshonrado, yang.
Daeva ya ha ayudado mucho... ¿Ayudará otra vez?
Falta última cosa. Hay que hacer última visita a Cuartel General de Caidanes como parte de nuestro secreto.
Última Caja de madera de Changarner contiene [plur][%dic:STR_DIC_LF3_1493].
Corumoner espera que, después de todo, Daeva diga que sí.
¡Sí! ¡SÍ! ¡A Corumoner le tiembla punta de cola y le hormiguea la lengua y quiere decir más!
Pero primero, Daeva tiene que traer [plur][%dic:STR_DIC_LF3_1493].
Y algunas [plur][%dic:STR_DIC_LF2_Kraaitem] más... Eso ya lo habéis hecho, Daeva.
¿Dos veces, sí, pero tres, no?
¿Daeva no puede traer hombreras? ¿O no puede partir de inmediato?
Corumoner está confuso, yang.
27, 28... Blancos como perlas y duros como pizarras. 29...
¡Ah, Daeva ha vuelto! Corumoner estaba haciendo recuento de... sus preocupaciones.
Ya son muchas menos desde que Corumoner conoció a [%username]. Y menos serán, si Daeva me trae todo de vuelta, yang.
Todavía no. Aún no habéis concluido tarea, ¿verdad?
Sigue faltando algo. Corumoner tiene algo que decir a Daeva, pero solo dirá a cambio de [plur][%dic:STR_DIC_LF3_1493] y de [plur][%dic:STR_DIC_LF2_Kraaitem].
¡Así debe ser, yang!
¡Yang, yang, Daeva ha mantenido todas sus promesas! Ahora Corumoner desvelará su gran secreto.
Botines, guantes y hombreras no son encargos corrientes de artesanos sugos, sino mayores tesoros de los comerciantes de Changarner. Se los confiaron a Corumoner para poner a prueba su lealtad.
Corumoner lamenta mucho haberlo ocultado, pero no podía revelar toda verdad y auténtica intención a Daeva. Corumoner nunca lo olvidará; Daeva se ha ganado respeto y amistad.
Llevar las [plur][%dic:STR_DIC_LF3_1493] y [plur][%dic:STR_DIC_LF2_Kraaitem] a [%dic:STR_DIC_N_Shugo_LF2_15]
[%collectitem]Dirigíos al Cuartel General de los Caidanes para vencer a los Crals y conseguir tanto las hombreras robadas como más Muelas de cral y luego regresad junto a Corumoner.
Corumoner os confesó que también había perdido algunas hombreras y os pidió que os pusierais nuevamente en marcha hacia el Cuartel General de los Caidanes y las recuperaseis.
Después de haber vencido a los Crals y de haber regresado con los objetos que os encargó, Corumoner os desveló la asombrosa verdad.
En realidad, los botines, los guantes y las hombreras eran tesoros valiosos de los comerciantes de Changarner y os lo ocultó por miedo a que os apropiarais de ellos.