Si no lleváis una buena armadura, estaréis en peligro durante el combate.

Lo sabréis cuando hayáis acumulado algo de experiencia en el campo de batalla.

Acostumbraos a revisar siempre vuestra armadura.

Reforzar armaduras

¡Que la paz de la oscuridad sea con vos!

(Termináis la conversación).