¡Daeva mío[f:"mía"], vuestros pasos resuenan como cadencias etéreas y vuestros movimientos parecen impulsados por el esplendor del espíritu! Con esta nueva ascensión, este renacimiento, os habéis convertido en la sangre vital de Aion y os habéis hecho uno[f:"una"] con el éter que atraviesa nuestro mundo.
Cada uno de nosotros tiene su meta y su mensaje, pero aun así solo somos plumas en las alas de algo superior.
Oh. Escuchadme pues... Solo soy una marioneta que se somete a los caprichos de la inspiración, como una brizna de hierba en el viento.
¡Sabed que me encuentro en una crisis, en la más oscura de las inseguridades!
Estoy en apuros y necesito un favor. He de llevar algo a la Ciudadela de Vérteron, pero no puedo realizar este viaje.
Quizá podríais ayudarme si pasáis por allí.
He recibido un encargo nada menos que de la suma sacerdotisa Selene, del Nobélium de la Ciudadela de Vérteron. Necesita un himno de alabanza como obsequio para la soberana Yustiel.
He trabajado como un Trasgo preso y exprimido hasta la última gota de creatividad que me quedaba, hasta que por fin he conseguido tener ante mí una obra maestra a la altura de la generosidad y la bondad de la gran soberana serafina.
¿Podríais llevarle este sacrísimo poema a la suma sacerdotisa Selene?
Oh, gracias, gracias por vuestra ayuda. Estoy seguro de que vuestras habilidades son tan grandes como vuestra amabilidad.
Mi única condición es que no leáis el poema. Lo he dedicado por completo a la soberana Yustiel y cualquier palabra no leída es una piedra irreemplazable en su templo literario.
Para una tarea tan delicada, seguro que es recomendable hacer uso de la teleportación. Para ese menester deberíais hablar con [%dic:STR_DIC_N_Polyidus].
Por supuesto, lo comprendo.
No quisiera molestar con mis preocupaciones a otros Daevas. Cada uno de nosotros ha de encontrar su propio camino.
Quizá puedan ayudarme otros Daevas.
¿No os sorprende la maravillosa naturaleza de la teleportación? Es un triunfo de la manipulación de éter. Por supuesto, yo tampoco entiendo los detalles, solo manejo este aparato.
Los dispositivos de teleportación están unidos entre sí y, en cuanto fluye éter entre ellos, podéis viajar al lugar que elijáis.
Cómo no, tengo que exigir una tasa de transporte.
Por supuesto. La teleportación es un medio de transporte a Vérteron apreciado, lo cual no sorprende teniendo en cuenta los problemas actuales que causan los Crals en este territorio.
Si queréis ir a Vérteron, puedo transportaros allí.
¿Estáis aquí en nombre de Miquero? ¡Gracias a los Cinco! Espero urgentemente su poema en honor a la soberana Yustiel. Debe ser la coronación de nuestras ofrendas.
Puede resultar difícil para todo el pueblo comprender la necesidad de tales ceremonias, teniendo en cuenta la amenaza continua de los Crals. En estos tiempos puede parecer un lujo alabar a los soberanos serafines, pero es lo que procede justamente cuando mayor necesidad hay.
Al fin y al cabo, sin los soberanos serafines no existiría un Vérteron por el que luchar.
Seguro que os ha pedido que no la leáis. Espero que hayáis tomado en consideración sus palabras. Para que nuestras ofrendas sean puras, hemos de resistirnos a todas las tentaciones irrespetuosas.
Los donativos a los templos, independientemente de su valor material, solo están destinados a los soberanos serafines. Estoy segura de que podéis entenderlo.
Vuestros actos han enriquecido enormemente las ofrendas del templo.
Consultar a [%dic:STR_DIC_N_Polyidus] sobre la teleportación
Llevar el poema de Miquero a [%dic:STR_DIC_N_Selene]
Habéis accedido a llevar el poema de Miquero a Selene para que pueda ofrecérselo como suma sacerdotisa de la Ciudadela de Vérteron a la soberana Yustiel.
Selene, suma sacerdotisa de la Ciudadela de Vérteron, había pedido al bardo Miquero un poema en honor a la soberana Yustiel que debía adjuntarse a los obsequios del templo. Miquero había redactado el poema, pero no pudo entregarlo él mismo y os pidió ayuda.
Pólido os teleportó a la Ciudadela de Vérteron y vos entregasteis la obra.