Arieluma.

Muchos Daevas lo ocultan, pero la ascensión no es garantía de vida eterna.

En cuanto llegué aquí, me mandaron a luchar contra Bollvig bajo las órdenes del almirante Gorgos. Muchos de mis compañeros murieron y nunca aparecieron junto al obelisco.

Yo mismo estuve a punto de morir. Cuando pienso en ese momento, justo antes de... Bueno, desde entonces he aprendido a valorar mucho más la vida.

Como debe ser.