¡Asfelumbra!
Siempre me ha atraído mucho la belleza agrícola, desde que era mortal.
Me acuerdo perfectamente del día en que desperté como Daeva.
Estaba dando un paseo cerca de la fortaleza y de repente me desplomé y perdí la consciencia.
Cuando la recuperé, estaba con los Daevas de Pandemónium.
Ellos me dieron la enhorabuena por vuestro despertar como Daeva.
¿Sabéis lo que pensé entonces?
¡Ah! ¡Por fin puedo vivir en Pernon, es lo que siempre había soñado!