(Rodeando el cuello de esta pequeña ampolla adornada cuelga una etiqueta que dice: "Destinatario: Fortaleza de Téminon, Resanta").
¡En estas condiciones no puede trabajar nadie! Cada día que pasa tenemos más miedo a quedarnos sin provisiones, ¡y sin ellas no podemos ganar esta guerra!
¡Hasta hemos tenido que pedir limosnas de provisiones a la población civil elia! De verdad que no entiendo cómo hemos podido llegar a esto.
Si necesitáis algo, [%userclass], lamento tener que decepcionaros: apenas me queda nada en el almacén...
¡Maravilloso!
Llega justo a tiempo. Aún ayer una hechicera nos pidió una Poción sanadora y tuve que enviarla a Sánctum. ¡No solo no es práctico, sino que encima es peligroso para nuestra operación militar, porque una Daeva preparada para la lucha ha tenido que dejar su puesto en el campo de batalla!
Mi más profundo agradecimiento, [%userclass].
Me encargaré de que no se desperdicie.
Llevar la ampolla con la Poción sanadora potente a [%dic:STR_DIC_N_Cymaon], un intendente del Abismo
La ampolla que habíais recibido como recompensa tenía una etiqueta que indicaba que, en realidad, debía ser entregada en Resanta. Llevad la ampolla con la Poción sanadora potente a Címaon, el intendente de la Fortaleza de Téminon.
La ampolla que habíais recibido como recompensa tenía una etiqueta que indicaba que, en realidad, debía ser entregada en Resanta.
Se la llevasteis a Címaon, un intendente del Abismo, que os lo agradeció con una recompensa.