Lealtad y armas.
¡Quieto[f:"Quieta"]! ¡Arriba las alas!
Podéis pasar, Daeva. Los mortales tienen prohibido el paso a la Vía Divina.
Con cada Daeva que pisa la Vía Divina, se acentúa su santidad. Si demasiados mortales la pisasen, se mancillaría su pureza.