(En la parte inferior del sobre hay garabateada una nota escrita a mano).
Interesantes ideas, pero al fin y al cabo heréticas.
Lumiel
Desde nuestra infancia nos han enseñado que los Daevas nos protegen y cuidan de nuestra seguridad. Nos contaron que la ascensión era la máxima bendición que pudo concedernos Aion.
Veneramos a los Daevas como criaturas gloriosas y esperábamos convertirnos un día en Daevas.
Sin embargo, como asmodianos también sabemos que la necesidad da fuerza. Demostramos nuestro valor a Aion con nuestra lucha diaria por sobrevivir.
Si nos volvemos autosuficientes, nos debilitaremos.
¿Y qué es la ascensión sino un pretexto para la autosuficiencia?
Casi todos los Daevas han perdido el miedo a la muerte. Han olvidado lo que son el hambre y la sed.
Pueden resistir el frío glacial y un calor abrasador sin sufrir daños. Para ellos, las heridas y la enfermedad ya no significan nada.
Un Daeva ha olvidado lo que es la necesidad. La vida de un Daeva es una vida de comodidad.
Ante los problemas de los humanos, no pueden hacer más que reírse mientras planean sobre las nubes y se rebajan a ayudarnos como haría un adulto con un niño.
Cuando aceptamos su ayuda y confiamos en que siempre habrá un Daeva presente para resolver cualquier problema que tengamos, nos volvemos débiles.
Solo hay que observar el Distrito de Vanajal en Pandemónium para apreciar las consecuencias que tiene una vida de Daeva.
En lugar de poner su inmortalidad al servicio de Aion y Asmodia, las familias de Vanajal pasan su vida eterna en una continua celebración.
Pese a ello, los soberanos sedim nunca los reprenderían, puesto que con ello solo lograrían socavar el poder de Pandemónium.
(Hay otra nota escrita a mano en esta página).
A fin de cuentas, es basura inservible. No contiene nada de valor. No es necesario seguir leyendo.
Munin
(El resto de la página está tachado con tinta negra).
Es posible que los Daevas parezcan extremadamente fuertes. Sin embargo, su fortaleza interior se ha desvanecido. Tras siglos de vida fácil se han vuelto débiles y blandos, como un elio.
Puede que la ascensión conceda fuerza, pero es una fuerza inmerecida. Esto no es propio de los asmodianos.
No hemos de ver a los Daevas como ejemplos a los que emular, sino únicamente como lo que son: meros instrumentos de Aion.
Fueron creados para combatir a los Balaúres y a los elios. No están ahí para hacernos la vida más fácil.
Si los asmodianos ponemos cualquier problema en manos de los Daevas, ante los ojos de Aion pasaremos a ser criaturas perezosas y débiles.
(Otra nota cubre el dorso con letras grandes y gruesas).
Dejad este libro en la biblioteca. Será una advertencia para aquellos que pretendan oponerse a Pandemónium.
Marchután