No recuerdo la última vez que me pude relajar tanto.
En la fiesta, con la música de la guitarra y un cóctel en la mano,
tengo la sensación de estar de vacaciones.
Además, hay muchas caras guapas, ja, ja, ja.
Eso me recuerda que el camarero regala un cóctel a todos los Daevas.
Deberíais tomaros uno. ¡Es superrefrescante!
No recuerdo la última vez que me pude relajar tanto.
En la fiesta, con la música de la guitarra y un cóctel en la mano,
tengo la sensación de estar de vacaciones.
Además, hay muchas caras guapas, ja, ja, ja.
Eso me recuerda que el camarero regala un cóctel a todos los Daevas.
Deberíais tomaros uno. ¡Es superrefrescante!