Dejadme lo de luchar a mí. ¡Siempre estoy preparado!
Me alegra mucho haber venido a Balaurea. Por doquier aparecen Balaúres y elios contra los que puedo luchar.
Un lugar así no es fácil de encontrar. Lo único de lo que hay que preocuparse es de la batalla, ya que los enemigos nos atacan por los cuatro puntos cardinales.
Ah, esta sensación que solo se tiene cuando uno fulmina al enemigo es el mayor placer para todo guerrero, ¿verdad?
¿Qué decís?