Queridísimo padre:
Los huevos fritos de Croaqui que enviasteis estaban exquisitos.
Nunca había comido algo tan sabroso. No conocería tales placeres si no fuera por vos, padre.
¿Qué haría sin vos?
He de admitir que en el pasado hemos tenido nuestras diferencias.
Pero a partir de ahora voy a comportarme como es debido.
La familia es lo más importante, ¿verdad? Un familia no se puede separar así como así.
Pero tenéis que cumplir con vuestra promesa. Estos son los tres objetos que queríais conseguir para mí:
En primer lugar, necesito una canica de jade.
Dicen que es muy saludable llevarla siempre encima.
He escuchado en la fortaleza que las cintas de éter son buenas para la concentración.
Está claro que como Daeva nunca llegaré a concluir ningún servicio especial, pero al menos estaremos juntos durante toda la vida.
Por último, vuestra hija necesita una Crema antiarrugas para la cara.
Atentamente, vuestra hija Harmone