Ah, aquí está. Héirnir sufre dolores porque su alma no quiere abandonar su cuerpo. Su cuerpo se pudre sin la Corriente de Éter, pero no quiere abandonar.
Hay dos formas de acabar con su miseria: la primera sería revivir su cuerpo, pero lleva demasiado tiempo muerto como para eso. Ni siquiera los soberanos sedim podrían hacerlo.
Estáis deseando saberlo, ¿verdad? No os preocupéis, [%userclass]. Podéis ayudarle... si eso es realmente lo que queréis.
El otro método es convertirlo por completo en un muerto viviente. Su mente y su alma quedarán libres y su dolor se desvanecerá, aunque su cuerpo siga moviéndose.
Convertir a alguien en muerto viviente es mucho más fácil que revivirlo... siempre que uno no sea sensible. ¿Qué os parece, Daeva?
Qué impaciencia. ¿Os lo habéis pensado bien?
Arrebatarle el alma a un hombre que se ha consagrado así a su amor y convertirlo en un muerto condenado a errar para siempre... ¿Es eso justo? ¿Está bien? Hay tantas preguntas...
No soy la única que sabe estas cosas, pero ni la sanadora de almas ni la sacerdotisa a la que pidió consejo tienen valor suficiente. Esa debilidad condena a este hombre a eternos tormentos. Podríais esperar hasta que su alma se extinguiera por sí misma en algún momento.
¿Qué pensáis hacer, Daeva? La decisión es vuestra.
Bajad por la montaña hasta el cementerio. Allí hay una gran cantidad de [plur][%dic:STR_DIC_M_DF2A_LichEquipD_46_An]. Esconden sus almas en esferas que llevan debajo de la ropa, pegadas al cuerpo.
Decir "alma" es un poco exagerado, porque no sabemos si una criatura con tanta maldad puede tener alma.
Encontrad esas esferas. Si se las colocáis a Héirnir, su mente y su alma se sumirán en la eterna oscuridad y su cuerpo restará como muerto viviente.
¡Bah! Tenía que habérmelo imaginado.
Muy bien, Daeva. A mí su destino no me importa. Está abandonado a su suerte.
Que la vuestra sea mejor.
¿Quién sois? ¿Dónde están mis hijas? Esperad... yo os conozco.
Llevo tanto tiempo esperando... ¿Habéis encontrado a la sanadora de almas? ¿Qué os ha dado?
Mi esposa está tan enferma... tengo que ayudarla. Dadme la medicina...
Esperad... ¿Quién sois? ¿Dónde está mi mujer? ¿Cómo...?
Os conozco, Daeva. ¿Habéis ido a ver a la sanadora de almas? Quiero que remita... este dolor de cabeza...
Ayudadme, por favor, Daeva.
Esperad... La luz... ¿Qué medicamento es este?
¿Qué habéis hecho, Daeva? Desaparezco...
¡Oigo voces! Me llaman. ¿Emilia? ¿Dónde estáis? Ya voy...
Reunir las esferas de los [plur][%dic:STR_DIC_M_DF2A_LichEquipD_46_An] y llevárselas a [%dic:STR_DIC_N_Heirnir]
[%collectitem]Seguid las instrucciones de Séznec: acabad con los Chamanes liches para conseguir sus esferas y utilizadlas para liberar a Héirnir.
Séznec dijo que el tormento de Héirnir podía acabar si se convertía por completo en un muerto viviente.
Para ello eran necesarias las esferas de un Chamán liche, así que debíais matar a estas criaturas.
Cuando le pusisteis las esferas a Héirnir, escuchó la voz de su mujer fallecida y se convirtió por fin en un muerto viviente.