¡Por las alas de Asfel!
¿De verdad podéis volar? O sea... ¡Vos sois Daeva! En mi pueblo era muy raro ver Daevas, ¡pero aquí los hay hasta debajo de las piedras!
Mi padre me envió aquí. Quería que viese Pandemónium con mis propios ojos. No me imaginaba que fuera tan... tan abrumador. Los Daevas que van por la calle, ¿por qué no VUELAN? ¡Uf, es tan emocionante! Las casas son tan grandes y elegantes, incluso el aire huele diferente. No quiero volver a casa.
¡Cuando sea mayor, también quiero ser Daeva! ¡Para no volver a ir andando a ningún sitio!