¡Oh, Daeva...!

¡Oh, Daeva...!

¡Mi profecía se ha cumplido!

¿Como es que llegáis ahora?

(Seguís escuchando). (Termináis la conversación).

Ah, sois vos, Daeva...

A medida que se cumplen años, la vista y el espíritu van debilitándose.

No me interesáis, así que seguid vuestro camino.

¿Cuando aparecerá por fin el guerrero que acabe con Tiamat...?

(Termináis la conversación).