Asfelubbra, Daeva.

¿No podríais por casualidad prescindir de un abrigo?

No be puedo acostubbrar a este frío. Estoy siebpre enferba.

No debería quejarbe. Lo que no bata hace bás fuerte, bla, bla, bla, pero be encuentro tan bal que be da igual si be escucha el bisbísimo Asfel.

El soberano balaúr que ordenó congelar este sitio tenía sus botivos. Be gustaría que be hubieran destinado a otro sitio.

Deberíais curaros.