Saludos. Soy Aias, a vuestro servicio.

¿Qué puedo hacer por vos?

La popularidad es agotadora.

Todos los días acuden aquí cientos de Daevas para verme y a veces me exaspera.

Algunos insisten en pedirme la dirección.

¡Los hombres con mucho apego resultan poco atractivos!

(Termináis la conversación).