Antes de que me echasen de Pandemónium, hacía muchas cosas... muchísimas... Era orador, crítico social... y defensor de Asmodia, por supuesto.
El que no me conocía por mi oratoria, me conocía por mis artes culinarias, un arte que, por cierto, poca gente conoce en nuestro pueblo. Aquí en Isalguen vosotros los bandidos os tenéis que repartir lo que conseguís. Pero los Daevas de Pandemónium se regalan unos banquetes... Se cuidan bien con platos selectos y bebidas fuertes.
Pandemónium, Pandemónium... Qué grandes tus pretensiones, qué frágil tu realidad.
¿Amargado? ¡Amargado! ¿Y eso hace menos ciertas mis palabras?
Pandemónium está llena de poses afectuosas... cuchicheos secretos... Intrigas y mentiras. El pueblo asmodiano tiembla de frío porque ha perdido su fuego interior. Los Daevas ancianos son los peores porque han olvidado cómo es este mundo... Han olvidado por qué luchaban en realidad...
Esas ideas pusilánimes me ponen furioso. Y al final la rabia de mis palabras ofende a los que son demasiado susceptibles. En vez de ocuparse de mis quejas, de mis verdades, se preocupaban por mí.
Es complicado, sí. Pero no imposible.
Dediquémonos a algo que no sea demasiado alto para vos: la comida. ¡Comida! A pesar de mis... circunstancias... sigo teniendo un paladar exquisito y una lengua muy entrenada. Atraer insectos para cazarlos es agotador y lo que se puede preparar con ellos es de todo menos apetitoso.
Cómo me gustaría comerme una [%dic:STR_DIC_I_2123a] crujiente, un [%dic:STR_DIC_I_2123b] o un par de [plur][%dic:STR_DIC_I_2123c]. Todos manjares regionales que no he vuelto a catar desde que soy el único habitante de esta prisión.
¿Qué decís, joven?
Naturalmente os pagaré por ello. Tengo objetos valiosos... muy valiosos, que no suelen tener los presos. Aquí en Isalguen podéis encontrar todo tipo de delicias, así que no tendréis que buscar demasiado.
Todo lo que quiero es una [%dic:STR_DIC_I_2123a], un [%dic:STR_DIC_I_2123b] o un par de [plur][%dic:STR_DIC_I_2123c]. Decidid vos lo que queráis traer... lo que sea.
¡Bien! ¡Entonces daos prisa! Mis papilas gustativas se consumen pensando en uno de esos exquisitos bocados... He tenido que conformarme con insectos demasiado tiempo... o pasar hambre.
Necesito una [%dic:STR_DIC_I_2123a], un [%dic:STR_DIC_I_2123b] o un par de [plur][%dic:STR_DIC_I_2123c]. No quiero ninguna otra cosa.
Supongo que os negáis por mera crueldad... Una crueldad mayor que vuestro deseo de recibir una recompensa.
Recordaré vuestra cara. ¡Recordad vos la mía! Y rezad para que mi celda dure más que vuestra corta vida.
Habéis vuelto. Ya pensaba que habíais olvidado mi petición o que os habíais metido en problemas... en el camino. No sería la primera vez que esas bestias anfises se zampan a un bandido adulto.
¿Qué me habéis traído?
Pero ¿esto qué es? ¿Me estáis tomando el pelo?
No es inteligente por vuestra parte enfadarme, joven... ¡Nada inteligente! Os pido un simple bocado exquisito para variar un poco de esta porquería de comida, ¡y volvéis con las manos vacías!
¡Poneos en marcha de inmediato y traedme una [%dic:STR_DIC_I_2123a], un [%dic:STR_DIC_I_2123b] o un par de [plur][%dic:STR_DIC_I_2123c]!
Ah sí, el olor del ginseng es tan intenso... ¡tan intenso!
¿Sabéis que los Daevas de Pandemónium condimentan el alcohol con ginseng? ¡Y después tiran la raíz!
A eso me refería cuando decía que Pandemónium había perdido cualquier relación con el resto de Asmodia. ¡Los separa todo un universo! A ese "grande y maravilloso ser" no se le ocurriría ni en sueños enviar algo de ginseng a Isalguen.
Como más me gusta el ginseng es crudo... ¡Crudo! El sabor fresco es una pequeña alegría en estos tiempos tan desoladores. ¡Oh! Tomad, la recompensa que os prometí.
¡Aah, Huevo de metu!
Aquí la mayoría piensa que estos huevos crudos saben a pescado... ¡A pescado! No se atreven ni a catarlo. ¡Pero no son más que cuentos de viejas! Si están en buen estado, son muy ricos. ¡Muy ricos!
¿Entendéis ahora lo fácil que es influir en otros levantando una sospecha por aquí y otra por allí? ¿Me creéis ahora cuando os digo que en la sociedad asmodiana también hay prejuicios?
No os diré más por ahora. Gracias por traerme esto. Tomad vuestra recompensa.
¡Huevos de centelleador! Rápido, traed... ¡Dádmelos!
Pero si no están frescos... Los Huevos de centelleador tienen que estar duros... ¡Duros! Deben reventar en la boca al morderlos. Pero este de aquí está demasiado blando y el otro ya está podrido.
Es triste, pero muy a mi pesar debo admitir que prefiero huevos podridos antes que insectos frescos. Os había prometido una recompensa, así que tomad.
Conseguir un manjar y llevárselo a [%dic:STR_DIC_N_Muninn]
Munin os ha prometido un objeto valioso como recompensa, a cambio de uno de los manjares que tanto le gustan. Llevadle una [%dic:STR_DIC_I_2123a], un [%dic:STR_DIC_I_2123b] o unos cuantos [plur][%dic:STR_DIC_I_2123c].
Munin, un Daeva encerrado en un cristal os dijo que le gustaría volver a catar una especialidad de Isalguen. Os pidió que le llevarais una Raíz de ginseng, un Huevo de metu o un par de Huevos de centelleador. Cumplisteis su petición y recibisteis una recompensa.