Daos prisa, me llamarán enseguida. ¿Qué necesitáis?
Si habéis empeñado vuestra alma, puedo sanarla para vos.
Los avaros aplazan el tratamiento y quieren arreglárselas ellos solos. No obstante, acaban pagando por ello... de una forma o de otra.
Veo en vuestra alma, Daeva.