¿Eh? ¿Tenéis algo que decir?
Sé que no debería luchar contra mi destino, pero con mi tamaño no es fácil.
Acaba uno con tortícolis de tanto estirar el cuello para verlo todo y a menudo me ignoran.
Aunque, por otro lado, puedo entrar sin problemas en una etereonave, lo que demuestra que Aion siempre ha tenido planes para mí.