Os puedo decir una cosa. He visto a Daevas venir e irse. La mayoría ha puesto pies en polvorosa enseguida y, de pura vergüenza, ¡preferían que se los tragara la tierra!

Vienen por aquí y al principio creen que el concilio los va a tratar entre algodones, pero pronto se dan cuenta de lo equivocados que estaban y se retuercen de rabia con una confianza mermada.

[%username], espero que estéis hecho[f:"hecha"] de otra pasta. ¿Qué puedo hacer por vos?

Canjear Medallas de platino

Os puedo decir que he visto a muchos Daevas venir e irse; sobre todo, irse, la mayoría con el rabo entre las piernas.

Cuando llegan, creen que el concilio se ocupará de ellos como de unos alasfinas y, cuando se van, murmuran con rabia y su confianza en sí mismos está hecha añicos.

Lo siento, [%username], pero no os puedo mostrar respeto antes de que demostréis vuestra perseverancia. Así son las cosas aquí.

Entonces, fijaos.