Un placer.

Antes de llegar aquí, me gustaba probarme ropa elaborada por maestros en la ciudad.

Sin embargo, la ordalía advirtió que no hacía otra cosa que probarme trajes día tras día y que me paseaba sin hacer nada en vez de aprender técnicas de combate. Por eso me enviaron aquí.

En realidad soy miembro de la ordalía, pero no me gusta pertenecer a ninguna legión y por eso me he inventado excusas para ir de aquí para allá.

Creía que sería la solución a todo, pero aquí se tiene más tiempo del que pensaba.

Los altos cargos están especialmente ocupados y no tienen tiempo para encargarse de mí.

¡Hasta pronto!