¡Saludos!

Precioso día, ¿eh?

Apenas puedo creer todo el tiempo que he vivido en Sánctum antes de venir aquí por primera vez. En mi vida anterior debo de haber sido de campo, porque en la ciudad nunca me he sentido del todo en casa.

En realidad aquí no me falta nada. No, ya no.

Seguro que fue difícil mudarse aquí, ¿verdad? Bueno, pues disfrutad de los árboles... y de la porquería.

Al principio, sí, pero Belbua me enseñó un par de cosas. Dónde crece qué, qué se puede comer, qué hay que comer, qué envenena, de quién hay que desconfiar. Aparte, los habitantes de Tolbas son muy amables.

Echo de menos a Belbua. Hablábamos mucho cuando venía a recoger hierbas, pero ya hace tiempo que dejó de venir.

En lugar de eso, ahora hay forasteros asentados en sus tierras; todos tienen la misma mirada maléfica. A Belbua tiene que haberle pasado algo, seguro.

Puede que tengáis toda la razón en eso.