Ascender es una bendición divina, Daeva. Valoradlo, pero aceptad también la pesada carga de la responsabilidad que ello conlleva. Muchos Daevas se han sacrificado por Aion y Elísea.
Mmm... No veo miedo en vuestros ojos... ni el más mínimo indicio de temor.
He visto muchos nuevos Daevas y normalmente transmiten cierta timidez.
Hay algo en vos que refleja madurez y frescura al mismo tiempo.
Eso es difícil de comprender. Caramatis rebosa de Balaúres, se ha convertido en una región sitiada.
Lo poco que sé acerca del Abismo basta para recomendar precaución extrema a cualquiera que se acerque a esa región.
Sin embargo, nunca he oído hablar de que se librase una batalla allí.
Un[f:"Una"] Daeva que ha perdido la memoria y sus poderes y ha renacido en forma humana... Nunca había oído hablar de algo así. Debo debatir con Jucleas sobre lo que tiene de cierto esta historia antes de que podamos seguir hablando de ello.
Ya os he dicho que tendréis que afrontar grandes peligros: esa es la senda de los Daevas. Pese a lo que os haya enseñado Pernos, por ahora habéis de concentraros en la tarea pendiente.
En la Ciudadela de Vérteron hay una lamentable falta de personal. Han solicitado un[f:"una"] Daeva como refuerzo.
No disponía de nadie a quien enviar hasta que habéis llegado vos. De hecho, es providencial y una oportunidad de demostrar lo que valéis. Id a la ciudadela y ayudad a los Guardas del lugar.
Una decisión sabia. Si no ayudamos a nuestros hermanos y hermanas vinculados al suelo, nuestras almas estarán perdidas.
Vérteron está sufriendo graves pérdidas en su lucha contra los Crals tursins. Además, ahora hemos averiguado que un grupo que recuerda a los Leparistas está activo en la región.
Pedid a [%dic:STR_DIC_N_Polyidus], en la puerta de Sánctum, que os teleporte hasta Vérteron. Está disponiendo lo necesario.
Si llegáis allí, presentad esta carta de recomendación al centurión [%dic:STR_DIC_LA18].
Veo que no se os escapa la belleza de Sánctum. Sin embargo, no os dejéis cautivar demasiado por este lugar sagrado.
Hay mucho que hacer y debéis asumir vuestras nuevas obligaciones como Daeva. La bendición de ascender no se recibe sin motivo.
Si estáis dispuesto[f:"dispuesta"] a cumplir vuestra promesa, id a la Ciudadela de Vérteron.
Sois [%username], ¿no es cierto?
He escuchado que necesitáis que os teleporten a la Ciudadela de Vérteron. Tengo la orden de llevaros allí tan pronto como sea posible.
Avisad cuando estéis listo[f:"lista"] para partir.
¡Arg! ¿Qué pasa ahora?
¡Tengo cosas que hacer! ¿Acaso no lo veis? Por lo visto creéis que todo funciona por sí mismo.
Aquí no cae ni una hoja de su rama sin instrucciones mías, así que, por favor, si no os importa... Estoy esperando una visita muy importante de Sánctum...
Ah, os envía Jiguea.
Os doy la bienvenida a la Ciudadela de Vérteron.
¿Ya habéis recibido una misión del comandante de la fortaleza Espátalos? Si no es así, deberíais visitarlo enseguida. Os encomendará misiones que podéis realizar aquí.
Que la luz de Aion os guíe.
Ir a la Senda de la Grandeza y hablar con [%dic:STR_DIC_N_Polyidus]
Teleportarse a la Ciudadela de Vérteron y hablar con [%dic:STR_DIC_LA18]
Hablad con Yacinte y haceos cargo de vuestra misión como Daeva recién ascendido[f:"ascendida"].
Cuando Jiguea dijo que no parecía que acabarais de ascender, la informasteis de lo que Pernos os había desvelado sobre el pasado. Jiguea parecía dudar si creeros o no.
Sin embargo, a pesar de vuestro trasfondo, no albergaba ninguna duda sobre vuestras obligaciones como Daeva. Os dirigisteis a la Ciudadela de Vérteron con su carta de recomendación y hablasteis allí con el centurión Yacinte.