¡Cielo azul y una brisa cálida!
¿Habéis estado en los templos subterráneos de Quiola o Eracus?
Una vez se han visto, nunca se olvidan. Resuenan con una energía misteriosa.
¡Ojalá pudiésemos hacer que los Daevas y los sacerdotes aprovechen esa energía!