El éxito de una traición
- La historia del soberano balaúr Tiamat -
Hace tanto tiempo de esta historia, que mucha gente ha olvidado que Tiamat no fue desde el principio un soberano de los Balaúres.
Los primeros soberanos balaúres fueron Fregion, Meslamtaeda, Eresquigal, Beritra y Apsu.
Apsu y Tiamat se diferencian en muchos aspectos.
En Tiamat hervía un instinto asesino. La ira y el odio eran siempre su compañía. Por el contrario, Apsu era un frío estratega y un gran hechicero. Además, con su carácter abierto se ganó la simpatía de muchos Balaúres.
Apsu demostró sus extraordinarias habilidades para liderar y delegar luchando contra los Daevas. De este modo, gracias al apoyo de muchos Balaúres, Apsu se convirtió en el quinto soberano balaúr.
Fregion anunció que el número definitivo de soberanos era el 5, de modo que Apsu era el último.
Tiamat despertó muy tarde, pero desde el principio no tuvo ninguna posibilidad de convertirse en soberana balaúr.
Aunque poseía unas habilidades excelentes y una gran ambición, no le servían de nada después de lo que había promulgado Fregion.
Después de despertar, Tiamat vivió sola durante mucho tiempo, hasta que se unió al séquito de Apsu.
Todavía no está claro si Tiamat ansiaba desde el principio el puesto del soberano balaúr y si fue por eso por lo que se unió a Apsu.
Lo que sí sabemos es que, al poco tiempo, Apsu reconoció las extraordinarias habilidades de Tiamat y la convirtió en su mano derecha.
Durante esa época, Tiamat no manifestó sus terribles arrebatos de cólera ni su enorme instinto asesino. Para conseguir sus propósitos, ocultó su verdadero carácter y se aferró firmemente a su plan.
A las órdenes de Apsu, Tiamat empezó su carrera como general de brigada de una pequeña unidad especial.
Puso en práctica la estrategia de Apsu minuciosamente, logrando la victoria en todas sus batallas.
Con el tiempo, Tiamat fue responsabilizándose de unidades cada vez más grandes y más importantes. Tras conseguir más victorias, finalmente fue ascendida a la guardia protectora de Apsu.
Después del ascenso, durante un tiempo no sucedió nada especial con Tiamat.
Ella aprovechó esa época de tranquilidad para buscar aliados y desarrollar sus planes.
Cuando tuvo suficientes compañeros de su parte, se puso de nuevo en marcha y no tardó en ser nombrada jefa de los guardaespaldas de Apsu.
Al alcanzar este puesto y ganarse totalmente la confianza de Apsu, Tiamat lo asesinó a sangre fría.
Se cuentan muchas leyendas distintas sobre el asesinato de Apsu. La más extendida es la que dice que Tiamat le clavó un puñal mágico en la nuca mientras dormía.
Después le abrió el pecho de una tajada y le sacó el corazón. A continuación lo tiró al cráter de un volcán que ardió durante 1000 años.
Otra versión de la historia cuenta que Tiamat y sus aliados lanzaron un ataque contra Apsu y lo asesinaron.
Todas las historias tienen un denominador común: Tiamat mató a Apsu a traición. Él confiaba en ella plenamente y ella abusó de esta confianza desde el principio.
Tiamat convocó una reunión con la guardia protectora y con cada uno de los generales de brigada.
Anunció la muerte de Apsu y se ofreció a ocupar el puesto de soberano balaúr que había quedado vacante.
No todos estaban de acuerdo, ya que algunos dudaban de la versión de Tiamat sobre la muerte de Apsu. Sin embargo, con ayuda de sus aliados, consiguió dominar a sus adversarios en un abrir y cerrar de ojos.
Se quitó de en medio a sus enemigos. Ahora tenía el camino libre.
Este cambio de situación provocó un gran desconcierto e incertidumbre. No obstante, los seguidores de Tiamat, con su propaganda, lograron convencer a la mayoría de que era idónea para ocupar el puesto del 5.º soberano balaúr.
Algunos fueron listos y cambiaron directamente de bando, mientras que quienes no estaban a favor de Tiamat tuvieron que ceder ante la mayoría.
Cuando Tiamat ya había asumido totalmente al puesto de Apsu, les presentó a los balaúres los hechos consumados.
Por supuesto, hubo muchas protestas. Sobre todo Eresquigal, guardián del orden y cruel castigador, estaba fuera de sí. El asesinato con alevosía por pura ansia de poder era una vileza que no se podía consentir. Esas fueron sus palabras.
Su veredicto se difundió a gran velocidad, y muchos se convencieron de que había que castigar a Tiamat por sus crímenes.
Sin embargo, todas las protestas y las rebeliones fueron acalladas cuando Fregion anunció que aceptaba a Tiamat como la quinta soberana balaúr.
No se sabe por qué Fregion la proclamó soberana balaúr. Muchos estaban en contra de la insidiosa Tiamat, por lo que la decisión de Fregion no estaba exenta de riesgos. Se supone que intentaba evitar el debilitamiento interno en la situación de lucha predominante.
Fregion le dejó bien claro a Tiamat que no estaba dispuesto a tolerar más asesinatos. Quienes tienen vocación de soberano balaúr, deben movilizar a sus tropas y vencer de manera justa.
Tras esta declaración de Fregion, Tiamat fue aceptada como soberana balaúr. Sin embargo, la mantuvieron a cierta distancia porque apenas podían confiar en ella.
Desde entonces, Tiamat se lanzó a la batalla de un modo aún más apasionado. Su fama de luchadora sedienta de sangre, muerte y destrucción se extendió muy deprisa.
Tiamat tuvo que arrastrar hasta el final el asesinato de un soberano balaúr. Quizá sea esta la causa por la que tuvo que enfrentarse después a tantas dificultades. Sus principales rivales eran Rajsá y Alaciclón, pero Tiamat también consiguió dominarlos.
Cualquiera que desee convertirse en soberano balaúr, tendrá que enfrentarse primero a Tiamat.