Siempre me ha gustado ir de aquí para allá.

Por eso no pensaba que me convertiría en comerciante. Aun así, todavía dispongo de suficiente ímpetu aventurero y de amigos en la naturaleza.

Al fin al cabo, vine a este peligroso lugar para comerciar.

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¡Que la paz de la oscuridad sea con vos!

(Termináis la conversación).