¿Qué ocurre?
Hemos subestimado a nuestro enemigo.
Tiamat es un monstruo de proporciones gigantescas.
¿Podéis imaginároslo? Uno se queda paralizado de miedo y tiene que presenciar cómo esa bestia mueve las garras.
Si vuelvo a Tiamat... probablemente no pueda siquiera levantar la espada.