Este tratado es el primer intento serio de registrar la procedencia de los Balaúres. Si bien mi proyecto no ha tenido muy buena acogida entre los demás eruditos, tengo el convencimiento de que este trabajo de investigación va a resultar útil para mi gente.
En el Abismo acecha un número indeterminado de Balaúres. No podemos continuar ignorando su existencia como si de una horrible leyenda se tratara; son reales, una auténtica amenaza.
La información recogida en esta obra no solo comprende informes de investigación sobre los Balaúres redactados antes de la catástrofe, sino también observaciones personales que pude hacer durante mis viajes por el Abismo.
Los Balaúres conocidos se han subdividido en cuatro clases: los Dracanes, los Dragones, los Nagarantes y los Draconautas.
Cuando hablamos de Dragones (conocidos también como Dracanes ascendidos) nos referimos explícitamente a los cinco soberanos de los Balaúres. El erudito que lo desee puede encontrar información adicional (y más detallada) en otras obras.
Aunque se cree que existen más subespecies de los Balaúres, solo conocemos estas. Espero que aquellos que me sigan amplíen mi trabajo igual que yo he basado el mío en las palabras de otros.
La mayor diferencia entre los Balaúres y todas las demás criaturas conocidas de Atreia es su incompatibilidad con el éter. No solo no pueden utilizarlo, sino que son extremadamente vulnerables a él. Ni siquiera aquellas criaturas que no saben hacer absolutamente nada con el éter muestran tal vulnerabilidad.
Los Dracanes son la primera subfamilia de los Balaúres. Al igual que los Daevas son personas ascendidas, los cinco soberanos balaúres son Dracanes ascendidos. Llama la atención la extraña energía que irradian, que parece un tipo de éter negativo. Otros eruditos la han designado el antiéter.
Para defenderse contra las criaturas que emplean éter, los Dracanes emplean este antiéter con cuya ayuda desarrollan armas y armaduras mejoradas.
Sorprendentemente, tras el legendario temperamento de los Dracanes se oculta una gran inteligencia Las investigaciones de sus construcciones de piedra desvelan el conocimiento de conceptos arquitectónicos avanzados y técnicas de cantera. Muy pocos lugares han subsistido hasta hoy y la mayoría son ruinas.
Se adaptaron bien a entornos hostiles en los que ninguna persona o Sapiens sobreviviría, y de esta forma pudieron extenderse por todas partes en la antigua Atreia y hacerse con el poder.
Con la catástrofe fueron expulsados de Atreia y descubiertos recientemente en el Abismo. Partimos del supuesto de que anidan más allá del límite del campo de éter. No sabemos nada sobre su número o estructura social.
Los Nagarantes no son una especie que haya existido siempre. Como nueva especie surgida de la catástrofe, su aspecto es grotesco: un torso humano sobre un cuerpo en forma de serpiente. Los sexos se diferencian tanto entre sí que tienen denominaciones diferentes. Las hembras se denominan Nagas y los machos, Nagarantes.
Las bases establecidas en el Abismo poco después del descubrimiento de la especie de los Draconautas claramente eran colonias o campamentos provisionales. Debido a la escasez de colonias permanentes, reliquias, objetos artísticos o documentos de los que podemos aprender algo, sabemos muy poco de la sociedad y la cultura de los Nagarantes.
Sin embargo, hemos encontrado en sus grupos planteamientos notablemente complejos para la división del trabajo y la organización militar que parecen indicar que poseen una inteligencia comparable a la de los Sapiens.
Según ciertos informes, los Nagarantes pueden utilizar el antiéter y aplicarlo a sus procesos mágicos, como la congelación de los oponentes. Nuestro conocimiento sobre el antiéter y su auténtico potencial es extremadamente limitado, puesto que los experimentos han traído muy pocos avances.
Las investigaciones de células de Nagarante ha confirmado que los Nagarantes son una subespecie mutante de los Dracanes. Me atrevo a sugerir la hipótesis de que las células mutaron cuando fueron brevemente expuestas a grandes cantidades de energía etérea.
Podemos clasificar a los Nagarantes como seres inferiores a los Dracanes pero superiores a los Draconautas; sin embargo, las especies siempre pueden evolucionar.
Los Draconautas fueron vistos por primera vez durante la guerra en el Abismo. Su descubrimiento fue la primera prueba sólida de que, tras la catástrofe, los Balaúres no fueron destruidos tal y como se suponía hasta entonces.
Al igual que los Nagarantes, los Draconautas son también una subespecie de los Balaúres; mutaciones que surgieron del impacto de la catástrofe. Físicamente son mucho más débiles que los Balaúres ancianos, y su inteligencia es mucho menor.
En comparación con la grácil mitad inferior de su cuerpo, su parte superior se desarrolló de forma desproporcionada. Tienen mal sentido del equilibrio y su postura es torpe. Su mandíbula no tiene fuerzas y sus pocos dientes son pequeños y débiles.
Los Draconautas no están lo suficientemente desarrollados como para haber formado una cultura. Si bien muestran indicios de especialización en la división del trabajo, es más probable que los cabecillas Nagarantes les hayan impuesto esta jerarquía social.
Su falta de fuerza e inteligencia se ve compensada por su gran masa numérica. Los Draconautas se reproducen con extrema facilidad, y su número aumenta a mucha mayor velocidad que el de los Nagarantes.
En la lucha suelen emplear armas antiguas, pero a cambio suelen llevar una armadura superior de mayor calidad.