Saludos.

Con tres años ya hablaba balaúr.

Y con cuatro aprendí la lengua de los Sugos.

Con cinco aprendí la lengua de los asmodianos, pero mi mamá me prohibió hablar de que domino la lengua asmodiana.

Todos los amigos de mi edad eran demasiado infantiles para mí. ¿Queréis jugar conmigo?

Seguís escuchando. Termináis la conversación.

Me gustan las matemáticas y la literatura, pero la lucha no se me da tan bien.

De las matemáticas me gusta calcular fórmulas basadas en definiciones convencionales, de la literatura me gustan sobre todo los escritos metafísicos.

¡Hasta pronto!