El Daeva que quiera peces, que se moje las alas.

Venir a Ínguison fue la decisión correcta.

No importa cuántas batallas haya dirigido o cuán profundo haya penetrado en tierras asmodianas, no hay nada que se pueda comparar con este lugar. ¡Uno no se puede fiar aquí ni del éter!

Y ahora, además, he sido escogida por Cáisinel. Su confianza llena mi corazón de orgullo.

¿Cómo? ¿Que el Abismo es más seguro?