¡Será posible! ¿Acaso he llegado a la ciudad equivocada? ¿Pandemónium está en otro lugar?
Tan antiguos como los huesos, o al menos eso dicen. Somos viajantes, la ruina de los Nubenegra, si es que aún existen. ¡Recorremos Atreia, conseguimos y producimos las mejores mercancías del mundo conocido!
¡Con los Videntes se cruza uno solo una vez en la vida y quien tiene la suerte de encontrarnos se va con regalos únicos y extraordinarios!
¡Sois uno[f:"una"] de los[f:"las"] pocos[f:"pocas"] afortunados[f:"afortunadas"], Daeva! Tengo aquí algo para vos: un regalo. Dadme la mano.
Un buen apretón, firme. Bien... solo un momento más...
Hmm... percibo algo misterioso en vuestra alma. Alguien me está hablando... Ha entrado en la Corriente de Éter... Mmm... ¿Conocéis a alguien que haya entrado recientemente? ¿O a alguien que conozca a otro que haya entrado recientemente?
Bueno, no importa. Estas cosas son irrelevantes y vos no estáis aquí para tratar cuestiones irrelevantes. Dadme un momento para liberar vuestro regalo...
Vaya, los tiempos han cambiado, ¡y con ellos las formas!
En mi época uno no ignoraba los regalos ni se reía del amor al prójimo.
Bah, no os preocupéis por ello. Para los Videntes, un apretón de manos firme es signo de gran confianza. Creedme que a lo largo de los años he roto unos cuantos dedos.
Aquí está vuestro regalo. Un título que demuestra que contáis con el favor de los Videntes.
Los regalos como estos valen mucho más que el dinero, amigo[f:"amiga"] mío[f:"mía"]. En este mundo, no hay nada más importante que la reputación.
Bah, no me deis las gracias. Pero ya que estáis aquí, ¿por qué no echáis un ojo al resto de cosas que ofrecemos? Hay todo tipo de actividades y todo tipo de objetos que podéis llevaros a casa para la posteridad...
Hablar con [%dic:STR_DIC_N_event_Metrano], uno de los Videntes
Parece que Metrano regala objetos sin pedir absolutamente nada a cambio.
Conocisteis a un Vidente, un anciano llamado Metrano, que os saludó amablemente y os concedió un nuevo título.