Si estáis aquí por una recompensa, debéis saber que me encargo de atender a gladiadores, templarios, cazadores y asesinos.

Si tenéis Monedas de oro, debéis ir a ver a Maquidna.

Si pertenecéis a las filas de hechiceros, invocadores, clérigos o cantores, acudid a Melpómene.

Tengo 16 Monedas de plata. Tengo 32 Monedas de plata.

14, 15, 16... ¡exacto!

¡Cuántas Monedas de plata! Ya no son muchos los que me traen hoy día 16 Monedas de plata.

Creo que esto os irá como anillo al dedo, [%username]. ¿Os gusta?

¡Utilizadlo en nombre de Sánctum, de Elísea y de Lady Ariel!

Sí, son 32 medallas exactas. Hoy por hoy es algo poco común.

Pero tengo una recompensa preparada en el caso de que alguien viniera con tantas. No me sorprende que ese alguien fuerais vos, [%username].

Considerad esto como un presente de Lady Ariel, por vuestra entrega al servicio de la luz.

Yo soy oficial de intendencia de guerra. No tengo recompensas para [plur][%userclass].

Melpómene es quien se encarga de las clases relacionadas con la magia. Llevadle a ella vuestras Monedas de plata. Si tenéis Monedas de oro, id a hablar con Magno. Lo encontraréis dentro.

Que Ariel os bendiga.

Si tenéis 16 o 32 Monedas de plata, podéis venir a verme y recoger una recompensa.

Habéis realizado muchos sacrificios por Elísea y merecéis una recompensa. Que la luz os ilumine.

Necesitaréis 16 o 32 Monedas de plata para poder percibir una recompensa.

Por favor, volved cuando hayáis reunido las suficientes. Que la luz de Ariel os acompañe.