Hacía mucho que no nos veíamos, [%username]. Parece que fue ayer cuando vinisteis por la ceremonia daeva.
Estoy seguro de que entretanto os habéis planteado una gran cantidad de preguntas. ¿Cuál es el motivo de la existencia de los Daevas? ¿Fue lo correcto convertirse en [%userclass]? ¿Cómo se vive una vida eterna?
Buscaréis estas respuestas durante toda vuestra vida, pero después de la ceremonia de los sabios, al menos entenderéis mejor las preguntas.
Los sabios son Daevas que alcanzan la iluminación. Son ejemplos a seguir y mentores.
A uno ya lo habéis conocido: a mi mentor Munin. Si queréis participar en la ceremonia, os puedo ayudar a encontrar a alguien que os muestre el camino.
¿Estáis preparado[f:"preparada"] para caminar por esta senda?
Aquellos que han alcanzado la iluminación no se presentan a los demás como tales. Cualquiera, incluso el Daeva más modesto, puede ser uno de los sabios.
Puedo deciros dónde tenéis que comenzar vuestra búsqueda: con [%dic:STR_DIC_N_Utgar] en Morfugio.
Me extrañaría que no perteneciera a los sabios. Lo mínimo que puede hacer por vos es revelaros el paradero de otro sabio.
Entiendo vuestro recelo. Sino estáis seguro[f:"segura"], es más razonable rechazar.
Muchos de los que parten a buscar a los sabios regresan de todo menos sabios.
Estoy seguro de que volveremos a hablar de esto. ¡Hasta entonces, que Asfel os proteja en el camino!
Os esperaba, [%username].
Jáimdal me ha informado de vuestra búsqueda.
Contestad sinceramente, ¿estáis preparado[f:"preparada"] para conocer a los sabios?
Hay un refrán sugo que dice: "Las cosas con las que se comercia gratis, no tienen valor". Los Arcontes del ocaso dicen que la "verdad" de otro no es más que una mera opinión.
La búsqueda de los sabios es parte integrante del camino que conduce a la iluminación. Cuando encontréis a quien buscáis, ambos lo sabréis sin necesidad de preguntar.
A lo mejor [%dic:STR_DIC_N_Brakan], un Daeva de la videncia que indaga sobre la voluntad del cielo en Pandemónium, puede ayudaros.
Las leyes que rigen el mundo están escritas en el cielo bajo nuestros pies.
El gran profeta Calil dice que quien entiende el rumbo del cielo, entiende los acontecimientos pasados, presentes y futuros.
¿Qué os ha traído hasta mí, joven Daeva? ¿Qué queréis saber?
Los sabios... los sabios. No es una pregunta común ni una pregunta a la que se llegue sin más, sin previa reflexión.
Que me la planteéis refleja que estáis preparado[f:"preparada"] para convertiros en sabio[f:"sabia"] vos mismo[f:"misma"].
Canensa, en el puerto de Pandemónium, os recibirá si le lleváis una [%dic:STR_DIC_DC_relic_armor_30]. Sin ella no obtendréis respuesta.
Se acerca un nuevo viento que, como siempre, trae algo consigo, ya sea esperanza o devastación.
¿Me entendéis o estoy diciendo disparates?
Si habéis venido para utilizar la aeronave, seguid por ahí. De lo contrario, ¿qué os trae por aquí?
Buscáis en el lugar equivocado, Daeva. Sin una Lámpara divina, las sombras son demasiado profundas para conjurarlas.
No soy nadie importante, solo alguien que escucha el viento.
Lamento no haber podido ayudaros.
Tengo una respuesta para vos si todavía no entendéis la pregunta.
El hecho de que estéis aquí significa que tenéis derecho a plantearla. Sin embargo, no hubierais venido si realmente os conocierais a vos mismo[f:"misma"].
El proceso para encontrarse a uno mismo es un camino pedregoso. A veces es mejor no saber nada que darlo todo y fracasar. ¿Todavía estáis dispuesto[f:"dispuesta"] a recibir la ceremonia de los sabios?
No puedo daros la iluminación; tenéis que alcanzarla vos mismo[f:"misma"]. Solo puedo mostraros la dirección, como el viento que hincha las velas de un barco.
La responsabilidad de cruzar el agitado océano es vuestra. Este camino puede ser más doloroso de lo que creéis.
Sin embargo, cuando lleguéis al otro lado, conoceréis la senda de los Daevas y la vuestra propia.
Hablar con [%dic:STR_DIC_N_Utgar]
Hablar con [%dic:STR_DIC_N_Brakan]
Llevarle una [%dic:STR_DIC_DC_relic_armor_30] a [%dic:STR_DIC_N_Kanensa] y hablar con ella
[%collectitem]Hablar con [%dic:STR_DIC_N_Kanensa]
Seguid el consejo de Jáimdal y buscad a los Daevas iluminados que os ayudarán a recibir la ceremonia de los sabios.
Jáimdal os sugirió que buscarais a los sabios, aprendierais las lecciones de un Daeva maduro y experimentarais la iluminación.
Con ayuda de Ugar, un Arconte del ocaso, y de Bracan, un Daeva de la videncia, os enterasteis de que Canensa, una Daeva del viento, era una de los sabios.
Después de demostrar a Canensa vuestra determinación con una Lámpara divina, os dijo que la ceremonia de los sabios sería difícil, pero accedió a mostraros el camino.