Cuando estuve pudriéndome en una prisión asmodiana, mi armadura me protegió de las cuchilladas de los guardias y de las zarpas de los ladrones.

Ahora que he vuelto a casa, no me desprendo de ella. Nunca. ¿Acaso querríais encontraros en paños menores en el caso de que esos trogloditas nos emboscaran?

Por unas Medallas de oricalco, podréis tener la misma armadura que yo.

Canjear medallas

Aquí algo va mal... pero que muy mal. ¡No puedo hacer mi trabajo! ¡Maldición! ¡Astillas y esquirlas!

Escribid /Solicitud en la ventana de chat e informad a un GM.

Cuento con vuestra ayuda, [%username].

Me encargaré de dar parte. ¡Que os mejoréis!

Probad a golpearme si queréis, pero no conseguiréis que os dé una armadura gratis. Y no creáis que podéis sobornarme.

Aquí, o me traéis Medallas de oricalco... u os largáis.

Entendido. Entonces será mejor que me vaya.