Aion puede permitir a sus Daevas que utilicen el poder del éter, pero el auténtico poder de un Daeva procede de su alma.

En el alma se encuentra el subconsciente, la esencia absoluta que nos guía y define quiénes somos ante nosotros mismos y ante los demás. No la podemos ver, pero sentimos sus efectos mediante reacciones y respuestas.

Así que expresaos siempre. Vuestros movimientos, desde la sonrisa más tímida hasta el grito más ruidoso, proceden de vuestro subconsciente. Aceptad su poder.

Andreas - Maestro de las emociones