¡Arieluma! ¡Que tengáis un buen día!

¿Qué puedo hacer por vos? ¿Queréis saber qué hago?

Si queréis, os lo puedo aclarar. Como protector, vigilo a Moia, la sanadora de almas, y el obelisco de ahí arriba.

Tal vez creáis que nuestros enemigos no nos pueden encontrar aquí, pero siempre es bueno estar preparados para lo peor, ¿no os parece?

Una decisión sabia.