¡Oh! ¿Quién anda ahí?

¿Qué os ha traído a mí, noble Daeva?

Será un placer hablar con vos, si puedo hacer una pausa. ¡Gracias!

Me duele la espalda, pero tengo demasiadas cosas que hacer.

No parece un trabajo complicado. Mejor os dejo seguir trabajando.

Está bien. Soy fuerte, el trabajo duro es parte de mi vida.

En cuanto a la fuerza corporal, ¡estoy a la altura de cualquier Daeva! Mi superior me contrató cuando me vio matar a un Brajo con mis propias manos.

Acepté el trabajo porque me prometió que podría comer tanto como quisiera, siempre y cuando trabajara duro. ¡Un buen trato!

¡Así se hace!