¡Es mi fin! ¡Estoy acabado!
¡Adiós a todo! ¡Ya no puedo crear más melodías bellas! ¡Es mi fin!
¿Quién va a escuchar mis conciertos si no me salen del corazón?
¡Mi talento ha desaparecido! ¡La gente se reirá de mí y dirá que han escuchado a una Cengosta hacer mejor música que yo!
Ya... Ya puedo más...
¡Qué catástrofe! ¡Ahora no puedo leer las notas!
Eso... ¡no puede ser verdad!
¡Ya no siento la música! Solo me repito...