Silencio, por favor.
Silencio, por favor. Me desconcentráis.
Para cazar hay que aunarse con la naturaleza, hay que sentir el viento en los huesos, escuchar cómo la resina fluye por los árboles, percibir el sonido de los copos de nieve que se rozan.
Vuestras torpes pisadas me taladran el cerebro.