(Un diario con nombres de delincuentes, recompensas y otros datos).
Hola, [%username]. Estoy lista para dejar este desierto, pero al capitán Oileo ni se le ha ocurrido.
Como dice el refrán: quien trabaja con empeño, se hunde hasta el ceño. Y debe de ser verdad porque parece que esta vez el capitán se ha enamorado de verdad.
No. Yo tomo notas en mi cabeza.
¿Lo habéis mirado? Es preocupante. Las trampas de ese cazador matan a los delincuentes buscados. ¿Y si cae en ellas un inocente...?
¿Queréis llevárselo a [%dic:STR_DIC_N_Tityus] y preguntarle?
¿Por qué me molestáis?
Las albóndigas ya casi están preparadas. Nunca hacen suficientes. Si me hacéis perder el tiempo, me las van a quitar.
¿Qué queréis? ¡Rápido!
¿Qué? ¿Un libro? ¿Un diario? ¿Para qué iba yo a tener un diario?
Pero me resulta familiar... ¿dónde lo habré visto?
¡Ah! Exacto. ¡Nagruner! Se lo he visto al [%dic:STR_DIC_N_LF2a_Tavern_TrollBodyguard]. Qué imagen más graciosa, un libro tan pequeño en unas manazas tan grandes.
¿Eso es todo? No me molestéis cuando hay albóndigas en juego.
Grrr, ocupado...
Grrr, látigo del maestro...
Grrr, marchaos...
Grrr, no...
Grrr, del maestro...
Grrr, libro del maestro [%dic:STR_DIC_N_Shugo_LF2a_14]...
¿Qué os trae por aquí? ¿Buscáis a alguien?
Estáis en lugar adecuado, Daeva. Nagruner es mejor, yang.
¡Eh! Eso es... ¿dónde habéis encontrado?
Titiruner llevó con todos mis... ¡Momento! ¿No habréis leído, yang?
¡Tomad esto! ¡Y olvidad que habéis visto mi diario!
Mostrar el Diario de tapa roja a [%dic:STR_DIC_N_Rosina]
Mostrar el Diario de tapa roja a [%dic:STR_DIC_N_Tityus]
Mostrar el Diario de tapa roja a [%dic:STR_DIC_N_LF2a_Tavern_TrollBodyguard]
Mostrar el Diario de tapa roja a [%dic:STR_DIC_N_Shugo_LF2a_14]
Encontrad al dueño del Diario de tapa roja que habéis encontrado en la Cueva de Marla.
En la Cueva de Marla encontrasteis un diario con tapa roja. Contenía una lista con nombres, recompensas y características de delincuentes buscados... y algunos métodos de asesinato terribles.
Supusisteis que pertenecía a algún cazarrecompensas y preguntasteis a Rosina y Titio si sabían algo al respecto. Titio estaba convencido de habérselo visto alguna vez al Guardaespaldas de Nagruner.
Cuando se lo enseñasteis al guardaespaldas, os dijo que pertenecía a su maestro. Cuando Nagruner vio el diario, se sorprendió, confirmó que era suyo y os pagó para que no se lo contarais a nadie.