Amigo[f:"Amiga"] mío[f:"mía"]:

Ha llegado a mis oídos que buscáis información sobre los Colmillos de Fenris. Hace unos años encontré este pequeño diario y pensé que podría interesaros.

Dáscair

(El agua ha borrado la parte superior de esta primera página. Comenzaréis a leer en la parte inferior de la página).

... de pensar en tantas cosas! Creo que es mejor escribirlo todo. Solo espero que esté permitido.

Como sucede con tantas cosas, también en este caso parece que una buena preparación es el primer paso para conseguirlo. He de prepararme para una ceremonia, ¿pero cómo? He pedido ayuda a Bracan, el Daeva de la videncia. Propuso que buscara a "un sabio" y me envió a Canensa, la Daeva del viento. La visitaré en cuanto acabe de almorzar.

Postdata: ¡Acabo de hablar con Canensa y se le ha escapado que probablemente pueda celebrar una ceremonia de los Colmillos para mí! Así que he realizado un "trabajito de persuasión" con una Lámpara divina, tras lo cual se declaró conforme. ¡Un buen avance!

¡Bah! ¡Hay tanto, que he de apuntarlo! ¡Pasan años volando sin que se pueda escribir una sola página de novedades y, de repente, en solo dos días suceden tantas cosas que podría escribir un libro entero sobre ello! ¡Qué cosas...!

¡Mi ceremonia ha finalizado! Pero aunque esta ceremonia de la ascensión sea el último paso de mi transformación en Daeva, solo es el primero de muchos más. El capitán Cavásir (imagináoslo, ¡EL CAPITÁN CAVÁSIR!) se puso en contacto conmigo por mi solicitud y me dijo que necesito una carta de recomendación de cada uno de mis preceptores. No fue fácil, pero lo conseguí.

Entonces me enviaron a ver al sumo sacerdote por un ritual. Me dijeron que llevara algo de agua bendita. Tardé media eternidad en encontrarla. A cenar y a dormir. No puedo más.

NO OLVIDAR: LLEVAR GAFAS MAÑANA. HAY MUCHO QUE LEER.

¡Ay, mi cabeza!

Hoy tenía que hablar con informadores de los Colmillos. El problema fue que, lógicamente, no resultó fácil encontrar informadores... auténticos. Me dieron una lista con nombres y paraderos aproximados y, naturalmente, tuve que proceder con mayor discreción que nunca. Creo que todo esto es parte de una prueba.

En cualquier caso, lo he conseguido. Encontré a los ocho y después tuve que someterme a un ritual de purificación. Más agua bendita... fue una suerte que la tienda con accesorios siguiera abierta.

Ahora, a la cama. Mañana será otro día.

¡Así está mejor! ¡Hace un minuto que Cavásir me visitó, justo cuando me estaba preparando, y me dijo que debía afilar mi arma de asta!

Postdata: Me condujeron hasta Pecherolin y me ordenaron que acabara con algunos monstruos allí. Parece ser que algún desgraciado tuvo que recorrer la región para marcar algunos de los monstruos. Yo tenía "permiso" para recolectar 30 de estas insignias. Facilísimo. No tuve ningún problema. Después tocó otro ritual de purificación.

Postdata: ¡Es extraño lo que me fatigan los trabajos vulgares con lo que me estimula el trabajo de verdad! Ya llevo horas en la cama y mis ojos siguen encendidos como llamas. Sencillamente, me sobra demasiada energía. Soy un manojo de nervios.

¡Artesanía! ¡Que lo intente con la artesanía! ¡Ja, ja! Por suerte soy excelente en la fragua y tuve la oportunidad de charlar con Quinterun sobre la tarea especial que había mencionado el capitán Cavásir. Me he quemado un poco la mano, pero a cambio al final me recompensaron con un Corazón abrasador de la magia.

Se lo tuve que llevar al maestro artesano de Pandemónium, que comprobó su calidad y hechizó una insignia con su fuerza. ¿Y quién se quedó con la insignia? ¡YO!

Postdata: ¡Y otro ritual de purificación más! Es casi un milagro que a los Colmillos aún les quede tiempo para luchar. Sin embargo, esta vez querían otro tipo de agua bendita. Por supuesto, ningún problema.

Postdata: Tampoco hoy puedo dormir. Creo que cada vez estoy más cerca de mi objetivo.

Dos días sin nada, y justo cuando pensaba que se habrían olvidado, me encargan otra nueva tarea.

Hoy he tenido que extraer 20 Luces de la suerte. Son cristales que una vez formaron parte de la Torre de la Eternidad y ahora están dispersos por toda Atreia. Es extremadamente complicado conseguir los cristales, así que primero tuve que visitar a Relir para tomar prestada una herramienta especial. ¡Por un precio de 3,4 millones de Quinas!

En cualquier caso, emprendí la búsqueda en Isalguen y Guardiavieja y no encontré nada. (En este punto, el texto está fuertemente emborronado)... pero ambos de muy buena calidad, y lo conseguí justo antes de que estallaran las tormentas.

Postdata: Tenía que habérmelo imaginado... Le devolví la herramienta a Relir, y después... ¡RITUAL DE PURIFICACIÓN!

¡Lo conseguí! ¡Lo conseguí! ¡Lo conseguí! ¡Lo conseguí!

Acabo de terminar mi última tarea. Para ello tuve que acabar con todo tipo de escoria, desde Brojos en Pecherolin hasta los defensores de la Isla de la Ingravidez Divina. ¡Después tuve que infiltrarme en la Dragagión y acabar con el Almirante Adati! Entonces, cuando todo acabó, tuve que (texto borroso) y me dirigí con esta Agua bendita radiante a ver al capitán Cavásir.

Acaban de entregarme el arma de los Colmillos. Es maravillosa, y de alguna forma... de alguna forma tengo la sensación de que me protege. ¡Es simplemente increíble!

(El resto de las páginas fueron arrancadas).