Supe que teníais algo especial desde que os vi por primera vez, [%username]. Supongo que ya os imaginaréis algo, pero ha llegado la hora de destapar la verdad. ¡La verdad!

La senda que seguiréis está ante vos. Aunque os podáis desviar ocasionalmente, vuestro destino ya está decidido.

Estéis dispuesto[f:"dispuesta"] o no, debo revelároslo. ¡Pero tened cuidado! ¡Tened cuidado! A algunos les resulta difícil entender una realidad tan extraordinaria y aterradora.

Podré con ello.

Ya veremos, [%username]. Para que sepáis de qué os hablo: creo que ascenderéis a la inmortalidad... Dejaréis atrás hasta a la propia muerte. Creo que pronto alcanzaréis el estatus de Daeva.

Pero hay algo más. En vuestros ojos arde un fuego... Un fuego como no había visto en años. Esa llama me recuerda a otros ojos...

Unos ojos que me observaban desde el agua hirviente del Lago del Cráter de Gribade, mientras los restos incandescentes de la Torre de la Eternidad se alejaban despacio de nuestro planeta...

Un momento... ¿Presenciasteis la Gran Catástrofe?

Sí, estuve allí cuando se destruyó la Torre de la Eternidad y Atreia se desgarró.

Vi cómo mis amigos y mi familia gritaban de dolor mientras nuestro mundo se despedazaba. Después algo me golpeó y perdí el conocimiento. Cuando volví en mí, estaba en el lago boca abajo. Ese día en realidad pude haber muerto dos veces, pero, en cambio, ascendí y me hice inmortal. Entonces vi unos ojos como los vuestros, que me observaban desde la profundidad del lago.

Pero no hablemos más de ello. Ya está bien del pasado, veamos mejor qué nos depara el futuro. En primer lugar, necesito tres cartas del destino de quienes hace mucho tiempo eran mis aliadas.

Hace años que no saben nada de mí, solo que estoy encerrado aquí. Viven escondidas en Isalguen, entre todos los usureros y bandidos, pero siguen siéndome fieles a día de hoy y os darán las cartas si les mencionáis mi nombre.

¿Dónde puedo encontrarlas?

Id primero a ver a [%dic:STR_DIC_LA496] en el pueblo de Aldele. Él os entregará una carta que os mostrará vuestro pasado.

Visitad a [%dic:STR_DIC_LA492] en el Bosque de Munihele y recibid la carta que muestra vuestro pasado.

Por último, reuníos con [%dic:STR_DIC_LA495] en el acantilado, cerca de del cruce de Anturoón, para recibir la carta que predice vuestro futuro.

Venid a buscarme cuando hayáis recibido las tres cartas.

Debéis apresuraros si queréis conocer vuestro futuro. Os enviaré a mis alumnas. Daos prisa.

¡Entendido!

Ah, ¿[%username] ha vuelto?

Cuando abandonasteis el campamento la última vez, supuse que tendríais algún plan mejor y que no os volveríamos a ver jamás.

¿Acaso el ancho mundo os ha resultado demasiado grande y perverso, [%userclass]? ¿Mmm?

De ningún modo. Me envía Munin. Vengo a por una carta del destino.

¿Munin? ¿Sabe que estoy aquí?

Sabía que los bandidos se tragarían lo de que soy una anciana costurera, pero podía haberme imaginado que Munin ha sentido mi presencia hace mucho tiempo.

La voluntad de Munin es también la mía... Y está claro que ha visto en vos algo que yo no vi. Venid, cerrad los ojos y echemos un vistazo a vuestro pasado.

¿Qué... qué veis?

Tomad vuestra carta del pasado.

La visión de los árboles que crecen unos dentro de otros me indica que lleváis una vida tumultuosa.

No obstante, el maestro os explicará el significado de la carta.

Os he revelado mi identidad, pero no les digáis nada a los demás bandidos. No sería bueno que muchos supieran que soy alumna de Munin.

Después de reuniros conmigo deberíais ir a ver a Verdandi. Sin embargo, no será fácil encontrarla porque ella también oculta su verdadera identidad.

Por eso yo misma enviaré la carta a Verdandi.

Estoy en camino.

Ah, ahora entiendo qué es lo que apesta: sois vos.

¿Qué hacéis otra vez aquí? Preferiría bañarme en estiércol de Porquino antes que pasar ni un momento en vuestra nauseabunda compañía.

¡Marchaos u os convertiré en Croaqui!

Me envía Munin. Tengo que recoger una carta.

¿Lord Munin? ¿Os envía a por una carta del destino?

Así que mi disfraz ha sido descubierto. Qué oportuno que precisamente aquel al que he venido a salvar haya descubierto mi auténtica identidad.

No entiendo qué ve Munin en vos, pero no se relacionaría con un[f:"una"] vulgar bandido[f:"bandida"]. Veamos... Dadme la mano, [%username].

Aquí tenéis.

Mm, puedo leer en vuestra mano que sois una persona decente.

Tomad, llevarle esta carta a [%dic:STR_DIC_LA421].

A vos no os dirá nada por mucho que la estudiéis, así que no perdáis el tiempo y entregadla lo antes posible.

No es fácil ver el pasado, el presente y el futuro. En otras palabras, estáis en deuda con el maestro y con nosotras tres.

Por tanto, haced lo que os diga el maestro Munin.

Y no olvidéis hacerle también una visita a [%dic:STR_DIC_LA495].

No es que no me fíe de vos, pero... prefiero enviársela personalmente a Skuld.

¡Ya estoy en camino!

¿Sentís el viento en vuestro rostro, [%username]? ¿Notáis cómo se mueve el suelo bajo vuestros pies y cómo la niebla fresca de la marea humedece vuestra cara?

Si percibís todo eso, disfrutadlo, porque significa que estáis vivo[f:"viva"] de verdad. Sois un ser sensible en este grande y poderoso mundo... Este mundo que, en cualquier momento, os puede arrancar la vida sin previo aviso.

Todo lo que ahora sentís lo sentís porque significa algo para vos. Las sensaciones de los inmortales se embotan con el tiempo. Disfrutad de esas cosas. Disfrutadlas mientras podáis.

He de pediros una carta.

Sí, lo sé, pero primero hacedme un pequeño favor.

Soy vidente, pero Munin ve mucho más que yo. Me gustaría saber qué es lo que ha visto de especial en vos y por qué os ha elegido a vos entre cientos... entre miles.

Acercaos. Debo miraros a los ojos.

¿Qué veis?

Ahora vislumbro vagamente lo que ha visto Munin.

Esta carta muestra vuestro futuro. Para vos tendrá poco sentido, pero cuando Munin la combine con las otras, podrá daros un atisbo de vuestro porvenir.

Y ahora, marchaos. La marea viene hacia aquí y quiero volver a estar a solas con este mundo destruido.

Muchas gracias, os dejaré tranquila.

Bienvenido[f:"Bienvenida"] de nuevo, [%username].

He sentido cómo vuestra visita ha llenado de esperanza a mis alumnas. Aunque siguen sin poder verme, pues sería muy peligroso... demasiado peligroso... enfrentarse a la maldición.

Pero mi cautiverio no es vuestro problema... todavía. En la gran representación de nuestro mundo dividido, nosotros dos somos meros figurantes. Mi misión es ayudaros. Mostradme las cartas que me habéis traído.

Aquí están.

Bueno... El pasado lo representa un pájaro negro; el presente, una marcha inminente... Y tendréis un futuro turbulento.

Vuestra vida ha sido bastante pedregosa en un principio, hijo[f:"hija"], pero habéis superado todas las pruebas y los problemas. Vuestro presente está en el símbolo de la transformación: una transformación que os cambiará a vos y a todos a los que queréis. En vuestro futuro veo inquietud y un poder únicos, aunque el destino no está esculpido en piedra.

Recordad esto siempre: la historia os marca, pero son las decisiones que tomáis las que os definen.

¿Como al pueblo asmodiano?

¡Sí, exacto! Nuestra tierra está envuelta en oscuridad y estamos obligados a alimentarnos de los miserables restos que podamos conseguir. Sin embargo, el pueblo asmodiano se ha hecho fuerte a pesar del entorno, o quizá precisamente gracias a él.

Vuestro propio entorno... cambiará pronto. Ascenderéis, os convertiréis en un[f:"una"] Daeva, [%username], quizá incluso en un[f:"una"] Arconte. Y entonces... os precipitaréis...

¡Pero no tengáis miedo, [%username]! Si queréis, puedo echar un vistazo rápido... a lo que está por venir.

Mostradme el futuro.

¡Qué batalla! Por como os saludaban los demás, probablemente os convertiréis en un[f:"una"] Daeva fuerte y poderoso[f:"poderosa"], [%username].

Ese hombre, vuestro oponente, era Helión. ¡Helión! Se trata de uno de los guerreros más poderosos de los elios. Y ese ataque al final... Nunca había visto algo así.

No sabemos qué ocurre después de que os derribe, pero no debemos considerar esto como algo irrevocable. ¡El futuro es incierto! ¡No es una constante fija!

No temo al futuro.

Asumo un gran riesgo al decir lo que voy a decir. Después de todo, también fueron solo palabras las que me metieron en esta mazmorra.

Solo os revelaré esto, [%username]: algún día salvaré vuestra vida. Desconozco las circunstancias, pero algo me dice que ambos dependeremos de nuestra ayuda mutua.

Y cuando llegue el día, os ayudaré.

Gracias, [%username].

Ahora debo ayudaros con vuestra ascensión. Para convertiros en Daeva, debéis elegir una de dos sendas: una decisión que determinará vuestro futuro.

Debéis decidir si queréis pertenecer a los gladiadores o a los templarios.

¿Qué elegís? ¿Queréis blandir espadas afiladas y poderosas alabardas por el pueblo asmodiano, o preferís defenderlo con un escudo impenetrable?

Contadme más cosas acerca de los gladiadores. Contadme más cosas acerca de los templarios.

Los gladiadores son guerreros fuertes que saben manejar muchas armas distintas.

Son imponentes y temidos, luchan en primera línea de combate, atraviesan las defensas del enemigo y causan estragos en sus filas maltrechas.

A lo largo de los años he conocido a cientos de gladiadores y, aunque con el tiempo acaban llenos de cicatrices y otros recuerdos de sus combates, su ansia de victoria permanece intacta pase lo que pase. Son verdaderos valientes...

¿Os parece que esa es la senda que queréis seguir, [%username]?

Dentro de mí late el corazón del gladiador. Quiero conocer también la otra alternativa.

Los templarios son guerreros nobles y valerosos, dispuestos a derramar su sangre por sus aliados. La fuerza de sus habilidades y su valor están en posición de hacer frente hasta a los enemigos más poderosos. Pero eso no es todo...

Los templarios también son hábiles sanadores y, con ayuda del éter circundante, pueden reforzarse, defenderse y protegerse a sí mismos y a sus amigos en el fragor de la batalla.

¿Podría esa ser la senda correcta para vos, [%username]?

Servir a los demás es mi cometido; soy un[f:"una"] templario[f:"templaria"]. Quiero conocer también la otra alternativa.

Recordad que las dos sendas son muy distintas.

El gladiador sabe manejar muchas armas y atravesar líneas enemigas, mientras que el templario utiliza la magia para alterar el rumbo del combate.

Debéis estar seguro[f:"segura"] de vuestra decisión. Una vez tomada, no podréis cambiarla.

Elijo la senda del gladiador. Elijo la senda del templario.

Recordad que las dos sendas son muy distintas.

El gladiador sabe manejar muchas armas y atravesar líneas enemigas, mientras que el templario utiliza la magia para alterar el rumbo del combate.

Debéis estar seguro[f:"segura"] de vuestra decisión. Una vez tomada, no podréis cambiarla.

Elijo la senda del gladiador. Elijo la senda del templario.

Gracias, [%username].

Ahora debo ayudaros con vuestra ascensión. Para convertiros en Daeva, debéis elegir una de dos sendas: una decisión que determinará vuestro futuro.

Tenéis que decidir si preferís la senda de los asesinos o la de los cazadores.

¿Os atrae una vida envuelta en sombras misteriosas o preferís ver el mundo desde la cuerda tensa de vuestro arco?

Contadme más sobre los asesinos. Contadme más sobre los cazadores.

Ah, ¿conque las artes sombrías han despertado vuestro interés?

Los asesinos son emisarios de la muerte, expertos en el manejo de venenos y puñales, y son capaces de infligir heridas aniquiladoras a sus enemigos incluso antes de que se percaten de su presencia. Con el efecto sorpresa de su lado, nadie puede hacerles frente.

Un buen asesino sabe cuándo puede actuar y cuándo debe esperar. Si se pasa de ímpetu o se impacienta, caerá víctima de sus propias debilidades. Calcular el momento preciso y actuar rápido son los puntos fuertes de los asesinos.

¿Os describen esos rasgos característicos, [%username]? ¿Os veis en el reino de las sombras?

Caminaré por la sombría senda del asesino. Quiero conocer también la otra alternativa.

Los cazadores son auténticos maestros del campo de batalla; los demás no son más que piezas de ajedrez controladas por estos combatientes ágiles y reflexivos.

La clave de la filosofía de los cazadores es la planificación. ¿Cuál es el mejor lugar para tender mis trampas? ¿Adónde me retiraré para atraer al enemigo? ¿Con cuántos enemigos puedo acabar de un golpe?

Si podéis responder a esas preguntas incluso antes de que comience la lucha, la batalla está prácticamente ganada.

¿Es esta la senda que queréis recorrer, [%username]?

Cualquier tarea en la vida es un objetivo al que hay que alcanzar. Escojo la senda del cazador. Quiero conocer también la otra alternativa.

Es vuestra última oportunidad para decidir. Pensad que vuestra decisión no tiene vuelta atrás.

Los asesinos son seres vulnerables, pero peligrosos, capaces de deslizarse junto a sus oponentes sin que se percaten y de acabar con ellos con golpes certeros. Incluso quienes tienen la suerte de sobrevivir a la primera oleada de ataques caerán poco tiempo después, aniquilados por el mortífero veneno que el asesino ha inoculado en su organismo.

Luego están los cazadores, excelentes tiradores y tramperos capaces de enfrentarse a grandes grupos de enemigos. Incluso si sobreviven a las trampas y los ataques a distancia, los enemigos tienen que vérselas con excelentes luchadores cuerpo a cuerpo.

Decidíos, [%username], y escoged con prudencia.

Elijo la senda del asesino. Elijo la senda del cazador.

Es vuestra última oportunidad para decidir. Pensad que vuestra decisión no tiene vuelta atrás.

Los asesinos son seres vulnerables, pero peligrosos, capaces de deslizarse junto a sus oponentes sin que se percaten y de acabar con ellos con golpes certeros. Incluso quienes tienen la suerte de sobrevivir a la primera oleada de ataques caerán poco tiempo después, aniquilados por el mortífero veneno que el asesino ha inoculado en su organismo.

Luego están los cazadores, excelentes tiradores y tramperos capaces de enfrentarse a grandes grupos de enemigos. Incluso si sobreviven a las trampas y los ataques a distancia, los enemigos tienen que vérselas con excelentes luchadores cuerpo a cuerpo.

Decidíos, [%username], y escoged con prudencia.

Elijo la senda del asesino. Elijo la senda del cazador.

Entonces seguid la senda del Daeva.

Vos, que habéis desafiado al destino y os habéis ganado las alas de la muerte.

Lo que os queda ahora es seguir la venerable senda del Daeva.

¿Con qué habilidades queréis honrar a Pandemónium y hacer frente al destino?

Me gustaría ser tirador[f:"tiradora"]. Me gustaría ser técnico[f:"técnica"] del éter.

El tirador utiliza capacidad y conocimiento técnicos.

Su arma es una combinación de técnica y magia con las que se puede disparar al oponente desde la lejanía.

El revólver etéreo dispara a la velocidad del rayo, mientras que la artillería pesada de un cañón etéreo diezma al enemigo de un solo disparo.

¿Queréis seguir la senda del tirador?

Sí, quiero convertirme en tirador[f:"tiradora"] de precisión. Me gustaría pensármelo un poco más.

Los técnicos del éter son una nueva clase que utiliza "mecas".

Los mecas son un nuevo medio de transporte desarrollado mientras se estudiaba el arma primigenia y el idoguel en el Almacén de Guerra de Sauro.

Para invocar un meca, hay que usar una llave del éter.

En combate, los mecas son más eficaces a corta distancia que atacando a enemigos lejanos.

¿Queréis seguir la senda del técnico del éter?

Sí, me gustaría ser técnico[f:"técnica"] del éter. Tengo que volver a pensármelo.

Os doy la posibilidad de replanteároslo.

Un tirador controla al enemigo a mucha distancia con un arma de fuego potente.

Un técnico del éter utiliza un meca en la batalla y con él puede someter al enemigo tanto a larga como a corta distancia.

¿Qué senda queréis seguir? Pensadlo bien y tomad una decisión.

Seguiré la senda del tirador. Seguiré la senda del técnico del éter.

Gracias, [%username].

Ahora debo ayudaros con vuestra ascensión. Para convertiros en Daeva, debéis elegir una de dos sendas: una decisión que determinará vuestro futuro.

Ante vos se hayan la senda de los hechiceros y la de los invocadores.

¿Cuál vais a escoger? ¿El poder que todo lo aniquila? ¿O preferiríais que los poderosos elementos naturales sean vuestros compañeros de camino?

Contadme más sobre los hechiceros. Contadme más sobre los invocadores.

El camino de los hechiceros es tempestuoso, un mundo de ardientes llamas y crujiente hielo. Los hechiceros gobiernan sobre los elementos, con los que ellos solos pueden causar estragos en las filas de los más poderosos ejércitos de sus enemigos.

Sin embargo, los hechiceros no disponen de una gran fuerza física y, en caso de que el enemigo consiga resistir de algún modo a sus ataques elementales, tendrán que valerse de su inteligencia para sobrevivir.

¿Os suena como una senda que queréis tomar, [%username]?

Sí, escojo la senda del hechicero. Dejadme que considere la otra alternativa.

Yo mismo escogí la senda del invocador, [%username].

La fuerza de los invocadores radica, sobre todo, en nuestra habilidad de establecer una relación simbiótica con los elementos invocados. Los invocadores también podemos lanzar hechizos, claro, pero acceder a criaturas tan poderosas multiplica enormemente nuestras fuerzas.

Los invocadores tenemos que saber qué elementos son los más útiles para cada situación. Estas habilidades no se aprenden de un día para otro, pero los que las dominan son de los seres más temidos de toda Atreia.

¿Es esta la senda que queréis recorrer?

Sí, escojo la senda del invocador. Dejadme que considere la otra alternativa.

Pensad que esta decisión no tiene marcha atrás. Deberíais estar absolutamente seguro[f:"segura"], [%username].

Los hechiceros lanzan poderosos hechizos que infligen unos daños asombrosos y que pueden influir enormemente en el resultado de las batallas. Aunque ofensivamente son muy eficaces, no están demasiado bien dotados para defenderse y son débiles físicamente.

Los invocadores pueden hacer que aparezcan criaturas de los elementos circundantes para que luchen junto a ellos. Esas criaturas suelen atraer el combate hacia sí mismas y colaboran con su maestro para eliminar al enemigo.

Dos caminos, de los que solo podéis escoger uno. ¿Cuál será?

Escojo el camino del hechicero. Escojo el camino del invocador.

Pensad que esta decisión no tiene marcha atrás. Deberíais estar absolutamente seguro[f:"segura"], [%username].

Los hechiceros lanzan poderosos hechizos que infligen unos daños asombrosos y que pueden influir enormemente en el resultado de las batallas. Aunque ofensivamente son muy eficaces, no están demasiado bien dotados para defenderse y son débiles físicamente.

Los invocadores pueden hacer que aparezcan criaturas de los elementos circundantes para que luchen junto a ellos. Esas criaturas suelen atraer el combate hacia sí mismas y colaboran con su maestro para eliminar al enemigo.

Dos caminos, de los que solo podéis escoger uno. ¿Cuál será?

Escojo el camino del hechicero. Escojo el camino del invocador.

Entonces seguid la senda del Daeva.

Vos, que habéis desafiado al destino y os habéis ganado las alas de la muerte.

Lo que os queda ahora es seguir la venerable senda del Daeva.

¿Con qué habilidades queréis honrar a Pandemónium y hacer frente al destino?

Me gustaría ser rapsoda.

Los rapsodas interpretan la música de alabanza a Aion a través del éter.

Según la pieza que toquen pueden sanar soldados lesionados, aumentar el rendimiento de la propia tropa o incluso reducir el espíritu combativo del adversario.

También disponen de la habilidad del ataque a distancia.

¿Queréis seguir la senda de los rapsodas?

Sí, me gustaría ser rapsoda. Me lo pensaré.

Un rapsoda utiliza el poder de la música para apoyar a sus tropas o para obstaculizar al enemigo.

También poseen la habilidad de atacar a distancia.

¿Queréis seguir la senda del rapsoda, con sus numerosas habilidades?

Pensad bien vuestra decisión.

Seguiré la senda del rapsoda.

Gracias, [%username].

Y ahora debo ayudaros con vuestra ascensión. Para ascender a Daeva, debéis elegir una de dos sendas: una decisión que determinará vuestro futuro.

Ante vos se abre una vida de clérigo[f:"clériga"] o de cantor[f:"cantora"].

¿Por cuál os decidís? ¿Queréis dejar vuestras armas y concentraros en ayudar a vuestros aliados, o queréis rearmaros y enfrentaros vos mismo[f:"misma"] a los cobardes elios?

Habladme de los clérigos. Habladme de los cantores.

El clérigo es la columna vertebral de todo grupo, un apoyo para sus aliados. ¿Sabéis por qué tienen un papel tan importante? Es muy sencillo: los clérigos son los sanadores más hábiles de Atreia, pueden resucitar a sus compañeros caídos y mantienen a todo el grupo con vida incluso ante las más terribles de las amenazas.

Eso conlleva una gran responsabilidad, pero si os labráis una reputación como clérigo[f:"clériga"] de talento, estaréis de lo más solicitado[f:"solicitada"] y vuestros servicios al pueblo asmodiano serán reconocidos y recompensados.

¿Os parece que es la senda que queréis seguir, [%username]?

Me dedico a salvar vidas. Elijo la senda del clérigo. ¿Qué hay de la otra alternativa?

Los cantores utilizan la magia de una forma diferente a lo que cabría pensar, teniendo en cuenta sus orígenes de sacerdote. Mientras que los sacerdotes o los clérigos suelen encontrarse detrás de sus aliados, los cantores combaten en primera línea, apoyando a sus aliados con cantos mágicos y atacando al enemigo con una fuerza física sorprendente.

El cantor es una adquisición versátil y poderosa para cualquier grupo; muchos cometen el error de subestimar su poder.

¿Imagináis así vuestra vida, [%username]?

Eso ansío. Sí, elijo la senda del cantor. ¿Qué hay de la otra alternativa?

No deberíais tomar esta decisión a la ligera. No es reversible, así que reflexionadlo bien. Volveré a describiros las dos opciones.

Un clérigo es un sanador con un poder extraordinario, responsable de conducir a grupos enteros por situaciones delicadas.

El cantor es un sacerdote combatiente con poderes sanadores eficaces, pero también es lo bastante fuerte como para plantarse en la primera línea del frente. Sus cantos refuerzan a sus aliados y les ayuda en lo que más necesitan.

Y bien, [%username], ¿seréis clérigo[f:"clériga"] o cantor[f:"cantora"]?

Elijo la senda del clérigo. Elijo la senda del cantor.

No deberíais tomar esta decisión a la ligera. No es reversible, así que reflexionadlo bien. Volveré a describiros las dos opciones.

Un clérigo es un sanador con un poder extraordinario, responsable de conducir a grupos enteros por situaciones delicadas.

El cantor es un sacerdote combatiente con poderes sanadores eficaces, pero también es lo bastante fuerte como para plantarse en la primera línea del frente. Sus cantos refuerzan a aquellos aliados que más lo necesiten.

Y bien, [%username], ¿seréis clérigo[f:"clériga"] o cantor[f:"cantora"]?

Elijo la senda del clérigo. Elijo la senda del cantor.

Que así sea.

Ahora estáis preparado[f:"preparada"] para entrar en las filas de los ascendidos. No lo olvidéis: vuestra ascensión es un regalo de los soberanos sedim. A cambio, debéis consagrar toda vuestra existencia a proteger Pandemónium y al pueblo asmodiano, tanto a Daevas como a humanos.

Vuestro tiempo ya no os pertenece, [%username]. Cada minuto de vuestra vida debe estar dedicado a defender a nuestros consanguíneos. Soportaréis cómo vuestros amigos y vuestra familia envejecen y mueren: es mejor que perdáis el contacto con esos mortales; cuanto antes, mejor.

¡Y ya es suficiente! Es hora de que regreséis a Isalguen.

Hablad con [%dic:STR_DIC_LA421].

Hablad con [%dic:STR_DIC_LA496] para recibir la carta que describe vuestro pasado.

Hablad con [%dic:STR_DIC_LA492] para recibir la carta que describe vuestro presente.

Hablad con [%dic:STR_DIC_LA495] para recibir la carta que describe vuestro futuro.

Hablad con [%dic:STR_DIC_LA421].

Presenciad la profecía de Munin.

Avanzad hacia Ataxiar.

Derrotad a los Asesinos de los Guardas ([%26]/4).

Venced al general de brigada Helión.

Hablad con [%dic:STR_DIC_LA421] y escoged vuestra ruta.

Id a ver a Munin y hablad con él.

Visitasteis a Munin, que estaba encerrado en el Campamento de Prisioneros de Isalguen, y se ofreció a predecir vuestro futuro.

Buscasteis a las tres alumnas de Munin y recibisteis tres cartas que contenían vuestro pasado, vuestro presente y vuestro futuro. A través de Munin supisteis que vuestro porvenir podía deparar tanto gloria como desesperación.

Os enseñó vuestro futuro y os informó de la posibilidad de influir sobre él. A continuación añadió que vuestra ascensión era inminente.

Presenciad la profecía de Munin. Progreso: [%questname]