Comienza una nueva era. Antiguamente, los humanos creíamos ser la única forma de vida meritoria y considerábamos al resto de los seres vivos como unos cobardes que no se rebelaban contra ellos o monstruos malvados que los adoraban profundamente.

Sin embargo, con el tiempo nos ha quedado claro que otras razas también tienen mucho que admirar. Sobre todo, los Maus han demostrado reiteradas veces que pueden ser aliados valientes y dignos de admiración.

Para continuar fomentado el entendimiento de estas poderosas criaturas felinas, describiré aquí la leyenda de Cemurru, el héroe de los Maus que unió a todas las tribus. Leed su historia y veréis que los Maus son más honorables de lo sospechabais.

Onelir, investigadora de los Maus

Ya de niño, Cemurru era excepcional. Era un auténtico maestro en el manejo de todas las armas. Era tan fuerte que podía arrancar árboles.

Sus penetrantes ojos azules cautivaron al resto de los Maus e incluso a los salvajes Taigas.

Cuando se hizo un adulto, tuvo un sueño. En su sueño una voz le decía que debía salir al exterior y realizar su trabajo. Al día siguiente, Cemurru dejó su pueblo solo con un bastón en la mano y algo de carne que había envuelto en una hoja.

En sus viajes, Cemurru conoció a Maus de todas las tribus. Por aquel entonces, los Maus no estaban organizados y vivían como nómadas, casi siempre esclavizados por los Balaúres.

Mientras veía el sufrimiento del que era testigo en todo el reino, solo podía apretar los dientes con rabia. Los Balaúres descargaban su mal humor con su pueblo, lo maltrataban y le hacían pasar hambre.

Cemurru se juró a sí mismo que liberaría a los suyos. Se propuso firmemente unir a los Maus.

Cemurru fue a visitar todas las tribus y a reunirse con sus jefes. Convocó una reunión secreta en la Cueva del Viento.

Si bien los jefes enseñaron los dientes y pelearon entre sí, Cemurru consiguió poner fin a las rivalidades. Les hizo ver lo que los Balaúres hacían sufrir a los Maus.

Los jefes formaron una alianza y acordaron transmitir sus conocimientos y luchar unidos. Todas las tribus maus se unieron para formar la nación mau.

Cemurru y los guerreros de la nación mau realizaron muchos asaltos valientes a los Balaúres. Liberaron a muchos Maus esclavizados y acabaron con muchos Balaúres.

Las leyendas sobre aquel luchador por la paz con los ojos azules inspiraron a muchos esclavos. Se rebelaron contra los Balaúres y huyeron hacia la libertad para unirse al ejército de Cemurru.

Cuando los Balaúres se dieron cuenta de que habían sido vencidos, enviaron un mensajero a Cemurru. Le hicieron saber que iban a liberar a todos los Maus y que desde entonces reinaría la paz. Cemurru se mostró de acuerdo, pues con sus ojos azules pudo ver el corazón del mensajero y supo que no mentía.

Además, Cemurru se ocupó de proteger a los Escurvs. El astuto Cemurru sabía que los Escurvs cultivaban muchas plantas medicinales, pero que eran demasiado débiles para luchar contra otras especies.

Cemurru convenció a los Escurvs de vivir bajo la protección de los Maus. Los Escurvs cultivaban plantas para los Maus y, a cambio, los Maus les ofrecían protección.

Hasta el día actual, los Maus y los Escurvs mantienen una alianza estrechísima.

Sin embargo, no todos los jefes estaban de acuerdo con Cemurru. Algunos de ellos se aliaron con los Balaúres en su contra.

Hay dos versiones de la historia de la muerte de Cemurru. Algunos dicen que cayó en una emboscada de los Balaúres, mientras otros cuentan que fue envenenado. Lo que es seguro es que fue traicionado.

Después de que el cadáver de Cemurru se quemara en su entierro, los jefes maus no pudieron alcanzar ningún acuerdo y acabaron disgregándose. El proyecto de la nación mau había fracasado.

Sin embargo, todos los Maus nobles siguen recordando a Cemurru.