Si os han dañado el alma, deberíais someteros enseguida a una sanación del alma.

Para que una herida del alma sane por sí misma, se necesita mucho tiempo.

Por tanto, cuando no se dispone de suficiente tiempo es mejor someterse enseguida a una sanación del alma.

Sanar el alma

Que la luz ilumine vuestro camino.

(Termináis la conversación).