Muchos piensan que hay que tener un carácter alegre para hacer buenos negocios, pero eso es un error.

Yo, por ejemplo, tengo una personalidad extremadamente tímida.

Es cierto que mejoró algo cuando adquirí más experiencia como comerciante, pero no ha desaparecido del todo.

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¡Que la paz de la oscuridad sea con vos!

(Termináis la conversación).