Prólogo
Esta es la historia del Impetúsium, el mayor coliseo de los Daevas desde su construcción hasta su desmoronamiento en ruinas.
Si al lector ha visto las ostentosas ruinas del Impetúsium y quiere saber más sobre estas columnas gigantescas derribadas, se le recomienda que siga leyendo.
Este modesto tomo está respetuosamente dedicado a Saga y a los innumerables héroes sin nombre del Impetúsium.
Capítulo 1: El apogeo de los espadachines
Poco después de la catástrofe, los cinco soberanos empirianos que estaban ocupados con la reconstrucción de Atreia y querían aliviar las dolorosas consecuencias de la catástrofe, decidieron acabar con todos los aliados de los Balaúres que quedaban. Muchos ya habían sido expulsados del campo etéreo. Sin embargo, los Maus garrasnegras, los perros de presa de los Balaúres, continuaban teniendo poder en Guardiavieja.
Se enviaron más legiones de prestigio para detener a la tribu de los Maus. Montaron su campamento al sur del Lago Helado de Guardiavieja.
Dispuestas a prepararse para la guerra contra los Maus, las legiones se enfrentaron entre sí con el fin de perfeccionar sus habilidades y elevar la moral. Estas batallas de ensayo entre camaradas fueron la base del Impetúsium.
Capítulo 2: La construcción del Impetúsium
Después de que los asmodianos salieran victoriosos de la batalla con los Maus, los cinco soberanos sedim anunciaron que pretendían levantar un ruedo permanente en Guardiavieja, sobre el suelo en el que las legiones habían montado su campamento. Opinaban que tales prácticas de duelo beneficiarían a todos los asmodianos valientes.
Los maestros artesanos, los arquitectos y muchos Daevas conocidos en aquella época participaron en la construcción, de forma que se terminó en poco tiempo. Incluso en las ruinas aún pueden reconocerse rasgos de su estilo épico y clásico.
En poco tiempo, la lucha con espadas gozó de una gran popularidad en la arena. A veces se sostenían duelos para defender el honor de alguien, para relajarse, por dinero en metálico e incluso para mediar en discusiones matrimoniales. A la arena acudían en masa Daevas de todas partes para enfrentarse entre sí. Pese a que, desde la perspectiva de la larga historia de Atreia, el Impetúsium solo perduró unos pocos momentos gloriosos, en aquella época dio lugar a numerosos héroes.
Capítulo 3: Saga, la leyenda del Impetúsium
Quien se haya ocupado alguna vez de la historia del Impetúsium, reconocerá enseguida el nombre de Saga. Saga apareció en la arena como surgido de la nada y se convirtió en un héroe legendario.
Su yelmo negro, la armadura negra y algunas plumas rojas sobre el peto eran inconfundibles, y entre todos los guerreros del Impetúsium no había ninguno que lo igualara. Los poetas lo describían como alguien que se movía como una pluma en la brisa y que caía sobre sus enemigos con el ímpetu de una tormenta de verano.
Pero el prestigio legendario de Saga no se limitaba a la arena. Era un auténtico héroe errante que siempre aparecía allí donde se necesitaba ayuda. Nunca hablaba y a todo con el que se encontraba regalada una dulce mirada. Muchas mujeres que miraban a sus ojos misteriosos a través del visor, quedaban totalmente prendidas de él sin esperanza. Fue mucho tiempo después cuando salió a la luz un sorprendente hecho sobre Saga: en realidad no era un hombre, sino una mujer.
Capítulo 4: El esplendor de la antigua Guardiavieja
Algunos Daevas aún recuerdan los tiempos en los que el Impetúsium era escenario de gloriosos combates con espada. "No era el sucio yermo que es hoy en día", dicen mientras se les ilumina la mirada, "sino un lugar en el que se estaba infinitamente bien".
En el Impetúsium se agolpaban diestros Daevas, curiosos que habían venido para mirar boquiabiertos y comerciantes que vendían todo lo que se puede codiciar. Todos los días eran como un día de fiesta. En la calle se preparaban platos exóticos muy tentadores y en todas las esquinas había grupos de espectadores hablando a grandes voces.
Naturalmente, a veces había disturbios, pero todo se resolvía rápidamente. Las peleas callejeras eran consideradas un insulto para el evento y para los Daevas que se habían sometido a duros entrenamientos y lo habían dado todo por participar en el concurso.
Capítulo 5: La caída del Impetúsium
Aquellos días pacíficos y alegres en los que el Impetúsium prosperaba no duraron mucho. El descubrimiento de Elísea marcó el final de la paz, y los soberanos sedim llamaron a Daevas asmodianos al combate en la guerra por el Abismo.
Puesto que Guardiavieja había perdido su significado como lugar del acto, el Impetúsium se cerró. Aunque hubo algunas protestas, casi todos los Daevas tenían muy claro que la sombra de la guerra se cernía sobre la gran arena. Había pasado la época de las luchas de exhibición, ahora había guerra.
Epílogo
Cuando acababa de terminar el libro, me llegaron buenas noticias de Pandemónium. ¡En homenaje a la orgullosa historia de Asmodia, los cinco soberanos sedim expresaron su deseo de restablecer el antiguo esplendor del Impetúsium!
En un futuro no muy lejano podría oírse de nuevo el choque de las espadas y podríamos volver a ver valientes Daevas luchando por la gloria y el honor, como sucedió una vez en la época de Saga.
¡Que este día llegue pronto!