Ascensión y caída de Tiamat

El ansia de poder

Hechos sobre la 5.ª soberana balaúr

La 5.ª soberana balaúr Tiamat

- Señora de la sangre y de la ira -

Tiamat fue la última de los cinco soberanos balaúres ascendidos.

Profesaba un profundo odio hacia los 12 soberanos y hacia los Daevas. Por eso luchaba siempre en primera línea de la batalla cuando se trataba de derrocar a Aion.

Tiamat tenía un carácter irascible como el de Meslamtaeda y fue la soberana balaúr con más ansia de poder.

- Nombramiento como soberana balaúr -

Tiamat ascendió gracias a su ira. Las provocaciones hicieron que la rabia se acumulara en ella hasta el punto en el que desató la ascensión.

Hasta hoy nadie sabe qué encolerizó tanto a Tiamat como para hacerla ascender.

Tiamat se alió con el soberano balaúr Apsu y se ganó su confianza.

No obstante, su ansia de poder era tan grande que asesinó a Apsu para ocupar su lugar.

Eresquigal y los otros soberanos balaúres se negaron a reconocer a Tiamat como la 5.ª soberana balaúr, pero Fregion ya había tomado una decisión.

- Desafíos -

Como primera balaúr que había ascendido a soberana a través de un asesinato, tuvo que defenderse de numerosos adversarios que cuestionaban su legitimidad. La desafiaron a menudo y estuvo a punto de desatarse una rebelión.

La soberana selló el arma con la que mató a Apsu en Acarón, su antiguo hogar. Se aseguró de que nadie pudiera acercarse al arma sellando toda la zona.

Se había ganado el puesto de soberana balaúr a través del asesinato, así que imponía castigos más severos a todo aquel que quería derrocarla.

Tiamat encerró en el Templo de Besmúndir a Rud, al que ya consideraban 6.º soberano balaúr. Rajsá, que también la desafió, siguió los pasos de Rud y fue encerrado en Tahmes.

No se escribió la historia de muchos otros de sus detractores. Tiamat contestaba a todos ellos con un brutal castigo.

- La muerte de Tiamat -

Hay muchas historias sobre la muerte de Tiamat.

Hoy en día todavía no se ha olvidado su sed de sangre, su ansia de poder y su incorregible ira.

No obstante, el fin le llegó antes de lo que esperaba.

Tiamat luchaba en Balaurea contra los elios y los asmodianos. En cierto momento, tuvo que pasar a la defensiva e intentó utilizar el arma primigenia. Su intento fracasó y murió en su refugio.

Circulan muchas teorías sobre su muerte. Algunos dicen que un soberano acabó con ella. Otros creen que la mató Carún.

Por otra parte, corre el rumor de que un Daeva desconocido puso fin a sus actos, pero esto no ha podido confirmarse.

- Rumores sobre la muerte de Tiamat -

Es sorprendente que Tiamat no recibiera el apoyo de ningún soberano balaúr.

Según un informador, Tiamat pidió ayuda a Fregion desesperadamente.

No está claro si esta información es cierta. Lo que sí sabemos es que no recibió ayuda ninguna.

Todo apunta a que alguien quería conseguir el arma y vigilaba a Tiamat. Ese alguien solo puede ser Beritra.

Corre el rumor de que Beritra capturó al mensajero de Tiamat y le quitó el mensaje dirigido a Fregion. No obstante, tampoco ha podido constatarse esta teoría.

Lo que está claro es que Tiamat murió porque nadie la ayudó.

- Período tras la muerte de Tiamat -

La muerte de un soberano es un hecho de gran importancia para los Balaúres, aunque lo superen con rapidez.

Después de la muerte de Tiamat, Beritra se hizo cargo de sus áreas de influencia. Su ejército se desplegó.

Algunos veteranos intentaron reunir tropas en nombre de Tiamat, pero al final se dedicaron a perseguir sus propios objetivos.

Algunos Balaúres querían ocupar su lugar como 5.ª soberana balaúr, pero ninguno fue capaz.

Tanto la vida como la muerte de Tiamat estuvieron impregnadas de traición y desafío. Los conceptos fidelidad y lealtad no parecen estar en el diccionario de los Balaúres.

- Conclusión -

No soy ni Balaúr ni seguidor de Tiamat.

Lo único que quiero es advertir del peligro que conlleva olvidar tan fácilmente la muerte de una Balaúr tan poderosa. Tiamat reinó en Balaurea durante mucho tiempo y no se convirtió en 5.ª soberana balaúr sin motivo.

El entusiasmo por su caída no debería eclipsar nuestra mirada.

Hace tiempo que observo las transformaciones acaecidas en Balaurea. Me temo que nos acecha un gran peligro.

Espero equivocarme...