Sí, sí, la sombra de Asfel...

Nunca imaginé que terminaría así.

Antes llevaba ropa selecta y los peinados más caros.

¿Y ahora? Harapos y trenzas.

No es para tanto. Me da exactamente igual.

Los comerciantes sugos me traían la última moda directamente desde Pandemónium hasta mi bonito hogar.

Cuando los muertos vivientes arrasaron el lugar tuve que dejarlo todo y huir de mi casa de golpe y porrazo.

En alguna parte de mi hogar hay un armario con las prendas más valiosas y ninguna me sirve para encender este maldito fuego.

Que Aion os dé fuerza.