¡Que Ariel os proteja!

Trabajar en el desierto es más difícil de lo que pensaba.

Este clima es muy caluroso y seco. El viento no deja de soplar arena en mi cara y se me mete por la boca y las orejas.

Aunque sobrevivamos al desierto, ¿merece la pena vivir así?

Cualquier vida merece la pena.