Saludos.

Cuando mi familia todavía era mortal mi hija cayó enferma.

Todo el mundo pronosticaba que no viviría durante mucho tiempo.

Por eso fuimos mi marido, mi hija y yo de peregrinación.

Lo hicimos para que mi hija despertara como Daeva.

La única posibilidad que veíamos entonces para que nuestra hija sobreviviera era que despertara como Daeva. Era nuestra única esperanza.

Pero durante este largo viaje, mi marido también enfermó.

En ese momento ya no podíamos interrumpir la peregrinación.

Pero el viaje fue demasiado para mi marido y volvió a la corriente de éter.

Pero después de unos días, mi hija despertó como Daeva. Y como veis, yo también.

Mi hija y yo viviremos eternamente, pero también lloraremos por siempre la muerte de mi marido.

¡Hasta pronto!