¡Vigilad dónde pisáis! Esto es suelo sagrado, Daeva, procurad no olvidarlo.
Puedo sanar las fracturas de vuestra alma con su energía etérea. Por ello, deberíamos comportarnos con respeto.
Bienvenido[f:"Bienvenida"] al sagrado Lago de Miraju, Daeva. Aquí, comportaos. Los cinco soberanos serafines os ven siempre.
Bueno, de lesiones corporales no entiendo, pero si os duele el alma... no encontraréis a nadie más experto en toda la región.
Es un talento natural... muy poco habitual, además. La habilidad para canalizar la energía del éter no es fácil de dominar, pero ver la sonrisa en la cara de los sanados merece la pena el sacrificio.