Están todos impacientes por ir al campo de batalla.
Todos menos yo, claro. Lo he hecho tantas veces ya...
He vivido tantos combates en Resanta que casi se ha convertido en mi rutina.
No es que no me resultaran emocionantes, hasta un soldado con experiencia sigue viviendo esa emoción cuando combate, que le hace hervir la sangre y le aporta la fuerza necesaria para conseguir la victoria.
Quizá algún día lo entendáis.