Es un placer.

¿Veis al asmodiano que está apoyado en la pared?

No me gusta en absoluto.

No me quita esos ojos envenenados de encima...

Seguís escuchando. Termináis la conversación.

Me voy a grabar su cara a fuego.

Algún día, como me lo encuentre en el Abismo, le enseñaré lo que es bueno.

¡Hasta pronto!