A pesar del aspecto horrible que tienen los muertos vivientes ahora, antaño fueron habitantes de Jeirón.

De repente resucitaron y se convirtieron en criaturas que torturan y ponen en peligro a la gente.

No cabe duda de que ellos tampoco querían revivir para sufrir una existencia tormentosa.

(Seguís escuchando).

Hace poco llegó a mis oídos algo bastante extraño.

Por lo visto, en la casa destruida al oeste de la hacienda de Medeo hay un muerto viviente que le puede contar a uno varias cosas.

Son muchos los que lo han visto, pero como es un no muerto, no se atreven a acercarse.

Algo está pasando allí. [%username], ¿podríais ir y averiguar de qué se trata?

(Seguís escuchando).

No ataca a la gente, pero da la impresión de que quiere transmitir un mensaje.

Si hablamos con él, quizá podamos enterarnos de cómo deshacernos de los muertos vivientes.

Id hacia el oeste desde la hacienda de Medeo y visitad al muerto viviente [%dic:STR_DIC_N_UndeadManager_Kacias]. Averiguad cuál es el problema y solucionadlo.

(Termináis la conversación).

La muerte me encontró en una batalla contra los Crals.

La hacienda de Medeo era un lugar cada vez más peligroso, así que mi patrón pidió a las fortalezas cercanas que enviaran Guardas.

Sin embargo, no obtuvo respuesta; al final, los Crals nos atacaron y acabaron con todos.

Intentamos defendernos, pero los agricultores, que habían pasado toda la vida trabajando en el campo, no tenían ninguna oportunidad.

(Seguís escuchando).

Así que encontramos todos la muerte, pero un día me desperté y parecía otro.

Y no era solo yo... Todos los que trabajaban en la finca tenían un aspecto diferente.

Lo que pasó sigue siendo un misterio.

Lo único seguro es que conservamos nuestros recuerdos y todavía seguimos las instrucciones de antaño.

(Le preguntáis qué quiere decir con eso).

En vida fui mayordomo de la hacienda. Cuando desperté, quise volver a mi trabajo y ocuparme de repartir las tareas de los otros sirvientes.

No me ha sucedido solo a mí; otros trabajadores de la hacienda siguen realizando su antiguo trabajo.

Aunque estemos muertos, no podemos descansar en paz... Os ruego que nos ayudéis a encontrar el descanso eterno.

¿Me ayudaríais, [%username]? Yo estoy muerto y no puedo hacerlo.

(Asentís).

Reuníos con el vigilante [%dic:STR_DIC_N_UndeadVigilante_Q1055], el pastor [%dic:STR_DIC_N_UndeadHerdboy_Q1055], la criada [%dic:STR_DIC_N_UndeadMaid_Q1055] y el agricultor [%dic:STR_DIC_N_UndeadFarmer_Q1055].

Por favor, decidles que no tienen por qué seguir trabajando y que pueden alcanzar la paz eterna porque ya están muertos.

¿Podríais traerme también sus huesos? Quiero darles sepultura.

(Termináis la conversación).

Por los alrededores de la finca merodean numerosas criaturas extrañas.

Hay que eliminarlas y, además, vigilar la finca.

El problema es que no sé a dónde ha ido el patrón.

Solo no podré hacerlo...

(Transmitís las palabras de Cacias).

¿Cómo? ¿Cómo decís? ¿Que he muerto?

No puede ser...

(Hay un silencio prolongado). Ya me extrañaba a mí que mis manos tuvieran este aspecto tan extraño.

Cada vez que cierro los ojos veo un Cral blandiendo una espada.

Cuando nos atacaron los Crals... acabé muriendo.

(Decís que debe regresar a la Corriente de Éter).

Quién me iba a decir que me acabarían matando los Crals...

Los Guardas no vinieron a ayudarnos.

Son los Daevas quienes tienen que proteger a los humanos, ¡pero nunca están cuando se les necesita!

En fin, de qué sirven las palabras si he muerto... Cacias tiene razón, ha llegado la hora de descansar.

Ahora he de regresar a la Corriente de Éter...

(Termináis la conversación).

Los Porgos han cambiado. Atacan a los humanos y se les ven los huesos.

Puede que en realidad no sean Porgos.

También es extraño que no me obedezcan.

A lo mejor es que han comido algo raro...

(Transmitís las palabras de Cacias).

¡Qué necedad!

¿Cómo iba a poder hablar con vos si hubiese muerto?

No estaréis insinuando que me he convertido en zombi...

Nos atacaron los Crals, y aquí estoy yo con los Porgos...

(Le decís que es un muerto viviente).

Por fin he comprendido que he muerto. Ha sido horrible.

No sé si debería estar triste o feliz porque ya no tendré que seguir ocupándome de los Porgos...

Dado que he muerto, no merece la pena darle muchas vueltas.

Cacias tiene razón. Debería regresar a la Corriente de Éter.

(Termináis la conversación).

Yo limpio y limpio, y en cuanto me doy la vuelta, la casa está otra vez hecha un asco. ¿Y por qué han desaparecido todos los muebles?

Voy a tener problemas como Cacias vea el caos que hay aquí ahora mismo.

Tengo que ordenarla otra vez lo más pronto posible. Pero ¿dónde está la escoba?

(Transmitís las palabras de Cacias).

¿Cómo? ¿De qué me habláis?

(Habla en tono confuso). ¿Me estáis diciendo que he muerto? ¿Pero qué locura es esta? No puede ser cierto.

¡No me he puesto mal en la vida! ¡No puedo haber muerto!

Además, ahora mismo estoy trabajando. ¿Por qué iba a trabajar si hubiese fallecido?

Los Crals os mataron y habéis vuelto como muerto viviente.

¿Me mataron los Crals? Sí que oí cómo llegaban embistiendo, pero no recuerdo nada más...

¿Por qué he vuelto como muerto viviente? ¿Por qué...?

(Sacude la cabeza). No lo entiendo. Solo sé que no quiero deambular por Atreia así.

No quiero seguir viviendo si tengo que ser una Banshee.

(Termináis la conversación).

Siembro las semillas con mucho cuidado y preparo los campos perfectamente, pero no crece nada.

¿Qué puedo hacer para que crezcan las plantas?

Si esto sigue así, cuando llegue el otoño no tendremos cosecha. Y qué pasará entonces con la hacienda...

Medeo dijo que tengo hasta el año que viene para pagar las deudas, pero eso no hace más que complicarme la vida...

(Transmitís las palabras de Cacias).

¿Qué? ¿Que he muerto? ¿Y he regresado como zombi?

¿Es eso cierto? ¿De verdad he fallecido y ahora soy un alma en pena?

...

Ya me parecía raro que no hubiesen venido más Crals. Toda la hacienda estaba nerviosa por si se producía un ataque...

Y por lo visto vinieron y aniquilaron a todos los que estaban aquí.

(Asentís).

Qué raro que no pueda recordar si he dormido o comido. Solo he podido pensado en el cultivo.

Eso es porque soy un muerto viviente.

Parece que esto tiene un lado bueno: ya no tengo que preocuparme por mi aspecto ni trabajar duro en el campo.

Pues entonces tampoco quiero quedarme en este mundo. Me gustaría ir a la Corriente de Éter.

(Termináis la conversación).

Habéis vuelto.

¿Les habéis dicho a todos que ya pueden descansar?

¿Han comprendido que han muerto?

(Le entregáis los trozos de hueso que habéis reunido).

Han regresado todos a la Corriente de Éter.

Pero no es suficiente. Mientras no se entierren sus huesos, volverán a despertarse y todo empezará de nuevo.

Os ruego que ayudéis a sus almas a encontrar la paz.

Dirigíos hacia el Este desde la hacienda de Medeo. Allí encontraréis el Cementerio de la Hacienda. Voy a meter los huesos aquí dentro. Por favor, id y enterradlos allí.

Cuando estéis en el cementerio, depositad los huesos. Os ruego que enterréis la Urna de los difuntos.

No os olvidéis de ir a ese lugar, os lo suplico.

(Termináis la conversación).

¿Todavía no os habéis reunido con el mayordomo Cacias de la hacienda occidental?

Os ruego que hagáis que los muertos vivientes regresen a la Corriente de Éter para que puedan descansar en paz. Recoged después sus huesos y traédmelos.

Si ellos no encuentran la paz, tampoco yo podré descansar.

(Termináis la conversación).

¿Habéis enterrado las urnas en el cementerio?

¿Creéis que han encontrado la paz?

La han encontrado, y vos también deberíais hacerlo.

Gracias por vuestras palabras, pero sigue habiendo trabajadores que no han encontrado la paz.

Solo podré descansar cuando haya encontrado a todos los trabajadores y los haya devuelto a la Corriente de Éter.

Os agradezco muchísimo vuestra ayuda.

(Termináis la conversación).

¿Qué tal ha ido?

¿Qué ha dicho el muerto viviente?

¿Habéis encontrado alguna forma de deshacernos de los no muertos?

(Informáis).

Entiendo. ¿Los muertos vivientes no sabían que ya no estaban vivos?

Será difícil deshacerse de ellos.

Entiendo la situación.

Bueno, está bien que ahora al menos cuatro muertos vivientes ya no estén.

Hablar con [%dic:STR_DIC_N_Tessia] en el [%dic:STR_DIC_W_LF3_SZ_DTW]

Encontrar al sirviente [%dic:STR_DIC_N_UndeadManager_Kacias] en la [%dic:STR_DIC_W_LF3_SZ_D8]

Reunir los [%dic:STR_DIC_I_quest_14052_all] de los [%dic:STR_DIC_N_Undead_all] y llevárselos a [%dic:STR_DIC_N_UndeadManager_Kacias]

[%collectitem]

Colocar las [plur][%dic:STR_DIC_I_quest_14052e] en los [plur][%dic:STR_DIC_OBJ_LF3_Q1055]

Informar al sirviente [%dic:STR_DIC_N_UndeadManager_Kacias] en la [%dic:STR_DIC_W_LF3_SZ_D8]

Informar a [%dic:STR_DIC_N_Tessia] en el [%dic:STR_DIC_W_LF3_SZ_DTW]

Orden: Tesia os ha pedido que busquéis a un muerto viviente que molesta a los viajeros en la Hacienda Occidental de Medeo.

Tesia os contó que al este de la hacienda de Medeo merodeaban unos muertos vivientes bastante extraños. Os pidió que fuerais allí para informaros mejor.

Cuando llegasteis, Cacias, el que fuera mayordomo de la hacienda, os pidió que dierais paz a los muertos vivientes que seguían trabajando allí.

Os encontrasteis con cuatro antiguos Empleados de la hacienda y conseguisteis sus huesos. Cumplisteis el ruego de Cacias metiendo los huesos en una urna y enterrándola en el cementerio.

Progreso: [%questname]