Cuando la catástrofe dividió Atreia en dos, Asmodia fue devastada por terremotos, impresionantes tormentas y violentas mareas vivas. Hubo miles de muertos.

Tras las turbulencias, los supervivientes se encontraron con un horrible mundo nuevo. La luz de Aion había desaparecido y realmente parecía que toda la luz había desaparecido para siempre.

El mundo se tornó frío, áspero y hostil. Y lo mismo ocurrió con los asmodianos.

El soberano Asfel sabía que todo el mundo necesita protección y esperanza para no acabar convertidos en bestias que se atacan mutuamente.

Ordenó levantar una nueva ciudad, una ciudad que hiciera sombra al esplendor de Siela, la vieja capital de Atreia.

Con amarga ironía la llamó Pandemónium, haciendo honor a las infinitas dificultades de la mítica ciudad.

Preocupado por la amenaza de los Sapiens y por los Balaúres acechantes en la sombra, el soberano Asfel erigió Pandemónium en un lugar que resultara poco accesible para los enemigos.

El soberano sedim creó un claro en el bosque sobre una isla salvaje y rocosa en medio de un lago agitado para construir allí una nueva ciudad.

Solo se podía llegar a esta isla por el aire. Debía ser un fortaleza inconquistable.

Los Daevas de la arquitectura planificaron los muros de piedra más gruesos jamás construidos, recorridos por pasajes secretos y centinelas. Los muros se esculpieron en las montañas de la isla con la fuerza bruta del éter.

Mientras los canteros y los carpinteros trabajaban, el soberano Asfel llevó belleza y vida a la isla. Creó sobre ella una suave oscuridad rica en éter y dejó que las plantas crecieran hasta formar una jungla verde.

A la isla llegaban barcos cargados de trabajadores humanos que se quedarían allí para siempre. La región que poblaban recibe hoy el nombre del Distrito de Crandale.

Los Daevas habían escogido Vanajal como su nuevo hogar, hoy la región más esplendorosa y bella de los distritos históricos en Pandemónium y un ejemplo para el estilo clásico y refinado de Serbetu.

La obra más impresionante de Serbetu es el edificio de la capital. Su estilo sacro-militar combina hábilmente las cúspides de los templos con almenas de fortaleza.

Mientras Serbetu diseñaba la colosal obra urbana, Morone, Daeva de la jardinería, se dedicó en detalle al área rural. Las plantas, que crecían bien a la sombra protectora del soberano Asfel, se encargaban de que Pandemónium fuera a la vez ciudad y jardín.

La cascada de éter del Gran Templo de Pandemónium fue obra suya, al igual que la arcada que se puede admirar ante el edificio de la capital. Los "brazos del soberano Asfel" se edificaron como polo opuesto de aquello que Morone percibió como frialdad en la arquitectura de Serbutu.

El soberano Asfel comprendió que una ciudad que reflejaba la belleza oscura de los soberanos sedim serviría de inspiración a los habitantes de Asmodia.

Se acercó a todos los artesanos humanos contemporáneos y les hizo una oferta: "Poned vuestros talentos al servicio del embellecimiento de Pandemónium y os convertiréis en Daevas honorables".

Las luces etéreas azules que conceden a las noches de Pandemónium un brillo muy propio y suave son la obra de un ingeniero humano que se hizo inmortal como Daeva de la luminiscencia.

Tras concluir Pandemónium, hubo una ceremonia de purificación y festejos que duraron casi catorce días.

Había Daevas que volaban por todos los rincones de Asmodia para anunciar la conclusión de la esplendorosa ciudad y dejar caer su bendición sobre el país.

Se dice que Aion, cuando supo que se había concluido la ciudad, comunicó su bendición al pueblo asmodiano en forma de un suave crepúsculo que se mantuvo durante días sobre el país.

Pandemónium se convirtió en el centro de Asmodia, al igual que Siela había sido el centro de Atreia. Con la invención de la aeronave, todos los asmodianos podían llegar y salir de la ciudad con tranquilidad.

El aumento de la población de humanos y Daevas exigía un inmenso trabajo de ampliación de la ciudad hacia las montañas circundantes.

De este modo, la ciudad se amplió tres veces (ahora, los cifras de población se controlan estrictamente).

La arquitectura y la planificación de Pandemónium ensombrecen enormemente a Sánctum, resultado de la reconstrucción sin gusto de la antigua ciudad de Siela.

Los espías que regresaron de Elísea cuentan que Sánctum es exageradamente barroca y estridente y que no se ha cuidado la planificación de la ciudad.

¡Sin duda, Pandemónium es la ciudad escogida de Aion!