Saludos.

El tiempo vuela, igual que el éter fluye constantemente.

Pero para los Daevas el tiempo parece haberse detenido.

Y precisamente esa es la tragedia que sufre todo Daeva.

Hemos nacido con el destino de tener que estancarnos en un tiempo que nunca se detiene.

¿Se dan cuenta los soberanos de nuestro sufrimiento?

¡Ah, qué triste destino el de los Daevas!

¡Hasta pronto!