¡Espero que no me traigáis órdenes nuevas! Esos cerebros de Brajo de Prímum creen que pueden darme las instrucciones que quieran, pero no tienen ni la más remota idea de lo que sucede en esta avanzadilla asmodiana.

De todos modos, no podemos ir al campo de batalla: el caos del Abismo y este calor anormal están destrozando nuestras armas.

En realidad eso no tendría que ser un problema, pero después de tantas misiones nos hemos quedado sin aceite protector para las espadas.

¿Aceite protector?

Sí, algo que hace un par de años me llamó la atención. Fue pura casualidad, si he de ser sincera. Cuando se aplicaban los corazones fundidos de Bestias de Miren a un arma, esta no se derretía por el calor.

Con los años he enseñado a todos mis soldados a proteger sus armas. Una de mis oficiales, Hildebrant, ha sido ascendida a comandante del Peñón de Crotan y allí insinúa que fue ella quien "descubrió" el aceite. Siempre ha sido una fanfarrona ambiciosa.

Necesitamos [plur][%dic:STR_DIC_I_QUEST_2824a]. La isla está repleta de [plur][%dic:STR_DIC_M_Ab1_1241_Pretor_38_An], así que ese no es el problema: la cuestión es que no puedo retirar a ningún centinela de su puesto.

Lo haré. Tengo otras órdenes.

Tened mucho cuidado. Las Bestias de Miren caminan por la lava, así que os podéis imaginar lo duras que son.

Traedme los corazones y después prepararé el líquido para las armas de los soldados.

Dejadlo en mis manos.

La huida también es una estrategia, pero nosotros, los de la Isla de Miren, rara vez la utilizamos.

Aquí no nos escaqueamos de nuestro deber, [%username].

Si sois demasiado débil como para enfrentaros a las Bestias de Miren, entonces ya podéis volver a casita en Prímum.

Vieja Draco cansina...

Creía que tardaríais más en volver, pero lo importante no es la rapidez, sino los resultados. ¿Traéis los [plur][%dic:STR_DIC_I_QUEST_2824a] que os he pedido?

Sí, tomad.

Dudo que tengáis un compartimento oculto en vuestro cubo. ¿Y bien? ¿Dónde está el resto de corazones?

Nada de excusas, por favor. Con excusas no se engrasan las armas.

¡Poneos en marcha y conseguid los demás [plur][%dic:STR_DIC_I_QUEST_2824a]!

¡A la orden!

Aún están helados: los corazones siguen en perfecto estado.

Los fundiré enseguida para que podáis repartir el aceite protector entre las tropas.

Tomad, una recompensa. Si os encontráis a Hildebrant en el Peñón de Crotan, decidle que debe hacerse un nombre por sí misma y no a costa de los demás.

Cazar [plur][%dic:STR_DIC_M_Ab1_1241_Pretor_38_An] para conseguir sus corazones y regresar junto a [%dic:STR_DIC_N_Ab1_1241_Quest_Da]

[%collectitem]

Conseguid los Corazones de bestia de Miren y llevádselos a Dehitine para que pueda fabricar con ellos una protección térmica para las armas de sus tropas.

Las armas de los soldados de Dehitine se doblaban con el calor abrasador de la Isla de Miren y el caos del Abismo, lo que amenazaba con dejar su fortaleza sin defensa.

Su solución era fundir los corazones de las Bestias de Miren, que tienen una gran capacidad de adaptación, y engrasar las armas con el líquido obtenido.

Matasteis a las bestias y regresasteis junto a Étsel con sus corazones.

Nueva misión: [%questname] Activa: [%questname]