[%username], habéis permitido a infinidad de espíritus regresar a la Corriente de Éter. La propia Lady Yustiel os ha bendecido.
Sánctum está muy satisfecho de que hayamos concedido descanso eterno a los no muertos que dañaban a humanos y Daevas.
Sin embargo, nuestro trabajo no acaba nunca y me aflijo por aquellos que siguen vagando por esta tierra, sin descanso ni redención.
Tal vez, pero esos muertos vivientes torturados siguen entre nosotros. Me rompe el corazón ver cómo vuelven a levantarse las almas de aquellos a los que no pudimos proteger.
Fijaos tan solo en la hacienda de Medeo: los Guerreros anubitas siguen patrullando sus colinas y campos desérticos.
Debemos ayudarlos. ¿Puedo confiar en que los enviaréis de nuevo a la Corriente de Éter?
¡Me he quitado un peso de encima! Sé que les daréis la paz sin causarles dolor, si es posible.
Vuestra arma es perfecta para acabar con ellos rápidamente.
Mostrad misericordia con los [plur][%dic:STR_DIC_M_Skeleton_42_An] y concededles el descanso eterno.
Está claro que no es fácil enfrentarse a los Anubitas.
En vida fueron poderosos guerreros; muertos suponen un horror aún más grande.
Sé que cuando hayáis tenido tiempo de reunir valor volveréis a mí.
Al poco de que os fuerais empecé a notar cómo la fría y húmeda energía de los Anubitas desaparecía lentamente.
Asumo que habéis completado la misión, ¿verdad?
Mis más sinceras gracias, [%username].
En Jeirón quedan todavía muchos espíritus que deben de sufrir así.
No descansaré hasta que todos hallen la paz.
Me llena de esperanza el saber que me ayuda un[f:"una"] Daeva tan valeroso[f:"valerosa"] y bondadoso[f:"bondadosa"].
Enviar a los [plur][%dic:STR_DIC_M_Skeleton_42_An] de regreso a la Corriente de Éter ([%2]/10)
Hablar con [%dic:STR_DIC_N_Rusiridite]
Ayudad a Rusiridite, una Daeva de la vida, a devolver a la Corriente de Éter a los Guerreros anubitas que vagan por la hacienda de Medeo.
Rusiridite, una Daeva de la vida, os contó que había muchos muertos vivientes vagando por la hacienda de Medeo, sin hallar descanso.
Enviasteis al éter a Guerreros anubitas en la Hacienda y la informasteis de ello. Ella os lo agradeció y os dio una recompensa.