Que la sombra de Asfel os ampare.

¡Me habéis dado un susto de muerte! ¡Ya creía que nos estaban atacando!

Desde aquí vigilamos el observatorio y el campo etéreo...

Pero a veces me da la impresión de que no somos los únicos.

¿Y cómo es eso? Adiós.

Hace poco sentí como si algo se deslizase a mis espaldas, así que desenvainé rápidamente mi espada. ¡Pero no había nadie!

Una hora después, tuve la misma sensación... solo que esa vez, sí había un Arconte que me traía un mensaje.

Anda que si llego a matarlo por equivocación...

Vaya, qué curioso.