Cuando se me ve hoy resulta difícil de creer que tras mi ascensión era un quejica, un debilucho, en definitiva, un Daeva miedica.

Los Obscurati me ayudaron, me respaldaron. Reforzaron tanto la confianza en mí mismo como mis habilidades. Sin ellos hace mucho que me hubiera echado a perder.

Por eso me dedico con agrado a repartir las armas en su nombre. Es lo menos que puedo hacer.

Canjear medallas

Aquí algo va mal... pero que muy mal. ¡No puedo hacer mi trabajo! ¡Maldición! ¡Astillas y esquirlas!

Escribid /Solicitud en la ventana de chat e informad a un GM.

Cuento con vuestra ayuda, [%username].

Me encargaré de dar parte. ¡Que os mejoréis!

¿Eh? ¿Cómo? Ah, bueno. Temo no poder ayudaros con eso.

Quizás debierais hablar con [%dic:STR_DIC_Petarca]. Es posible que os pueda ayudar con lo que buscáis.

Bien, entonces buscaré a Petrarca.