Las emociones no pueden ocultarse, camuflarse ni fingirse.

Quien finge emociones que no siente puede engañar a algunos, pero no a todos. Y es que las emociones proceden del alma y los ojos son la ventana del alma.

Por tanto, actuad siempre con honestidad, hacia vos y con los demás. La mentira es la excusa de un necio y solo crea complicaciones que han de resolverse más adelante. Es mejor actuar siempre de forma honesta: en vuestra forma de hablar, en vuestras maneras, vuestros movimientos, de pie, andando, saltando o descansando.

Las primeras lecciones pueden leerse, el resto debe enseñarse.

- Serifim, maestro de las emociones