Quizá tengáis el destino de Elísea en vuestras manos, Daeva.

Mmmm... no os reconozco. ¿Queréis verme a mí?

¿Queréis jugar a algo? ¿Cuál es vuestra carta preferida? La mía es el Ángel del destino.

... evidentemente, no os espero.

Sois realmente un misterio.