Un humano perfecto: los milagros del honorable Lord Lepar

A cualquiera que se encuentre con Lord Lepar le sorprenderá su rostro: es tan inocente como el de un niño. Su cara no muestra ningún signo de depravación mundana. Su generosidad interna parece reflejarse en su aspecto.

Sus palabras demuestran que es el sabio más grande de todos los tiempos. Su voz atronadora pronto resonará en todo el mundo.

La generosidad del honorable Lord Lepar lo convierte en un brillante ejemplo para todos aquellos a los que les cuesta elegir siempre el camino correcto.

Lamentablemente, hay muy pocos a los que se les haya concedido el honor de conocer al honorable Lepar. Nunca permanece mucho tiempo en el mismo lugar desde tuvo una visión del decimotercer soberano empiriano: aquel que vendrá para crear un nuevo mundo.

Lord Lepar viaja incesantemente por Atreia y lo arriesga todo para transmitir sus visiones de un nuevo paraíso y de un humano perfecto. Gracias a su misericordia, los Leparistas ejercen influencia tanto en Elísea como en Asmodia y pueden actuar de formas secretas que nuestros enemigos ni siquiera pueden intuir.

El honorable Lepar nunca olvida a sus compañeros. Los conoce de una forma muy difícil de imaginar.

Nuestro señor sabe que los humanos necesitan un salvador que los ayude en tiempos de necesidad y que no esté sentado en su trono dando órdenes, tal y como hacen los doce soberanos empirianos.

Una noche en que una tormenta de nieve bramaba alrededor del Fuerte de Alquemia, Lord Lepar os visitó, fieles seguidores. Apareció silenciosamente y con precaución para no despertaros y observó minuciosamente todos los rostros durmientes. Desearía que hubierais visto la sonrisa que iluminaba el rostro de Lord Lepar al hablar de vuestra devoción por vuestras obligaciones.

Entonces alzó la mano, hizo aparecer pan y carne para todos nosotros y se fue sin decir palabra.

Os habéis unido a la revolución después de que os inspirara la causa del honorable Lord Lepar.

Sin embargo, su misericordia solo es la punta del iceberg: la mayoría de vosotros aún no sabe nada acerca de los milagros que realizó nuestro señor. Por ello, me gustaría informaros acerca de estos milagros.

Lo primero sucedió hace muchas décadas en Guardiavieja. Había tres hermanas que habían perdido a sus padres y no tenían parientes. Además, habían nacido sin la capacidad de andar. Que no se rindieran pese a tales pruebas amargas es algo muy encomiable, pero solas apenas podían moverse.

El honorable Lepar, que viajaba casualmente por la región, escuchó la llamada de las niñas. Les impuso la mano sobre la frente, a una tras otra, y enseguida se levantaron y comenzaron a andar. Las niñas se unieron a la revolución sin dudarlo. Todas ascendieron a rangos más altos y se consagraron en cuerpo y alma a Su Reverencia.

También hubo un oficial de intendencia que había sido expulsado de Sánctum después de que se le acusara erróneamente de haber cometido un delito. Había trabajado durante toda su vida para Sánctum y había obtenido muchas distinciones oficiales por haber ayudado y apoyado a los Daevas.

Tuvo que abandonar Sánctum indignamente después de que se le acusara erróneamente de malversar fondos. Que toda su vida hubiera sido un sacrificio personal no contaba.

Tras su despido, perdió las ganas de vivir. Se atormentaba continuamente y a punto estuvo de saltar desde un arrecife sin desplegar las alas, hasta que el honorable Lepar lo encontró.

Lord Lepar comprendió su furia y su humillación nada más verlo. Su Reverencia solo pronunció dos palabras: "Sois inocente".

El hombre rompió a llorar y se liberó de todo su sufrimiento. Inmediatamente se unió a los Leparistas.

Con la creciente influencia de la revolución, cada vez más Daevas de Asmodia comenzaron a venerar a Lepar.

A pesar de que nosotros cumplimos con la vocación de Daeva mucho mejor que aquellos de Sánctum o Pandemónium, nos tacharon de subversivos. Los infieles aprovechan cualquier táctica sucia que se les ocurre para minar nuestra elevada causa.

Enviaron Daevas disfrazados de Lord Lepar por toda Asmodia para cometer todo tipo de atrocidades. Cuando comenzaron a culparnos, nosotros mismos nos hicimos cargo del asunto. Tras una larga cacería, nuestros camaradas pudieron capturar a uno de los imitadores y le hicieron arrodillarse ante Lord Lepar.

El hombre confesó al honorable Lepar que era un espía enviado por Pandemónium. Cuando confesó la verdad, todos los revolucionarios cerraron los ojos, pues creían saber lo que iba a ocurrir a continuación.

Pero no ocurrió lo que temían.

Tras una larga pausa, todos abrimos los ojos y fuimos testigos de cómo el honorable Lepar, sin una palabra de acusación, suprimió estos recuerdos horribles de la mente del prisionero. En este momento, todos los presentes nos iluminamos.

El honorable Lepar es el hombre perfecto que representa la verdadera voluntad de Aion.