El viento sopla fuerte hoy. Tened cuidado, no os vayáis a resfriar.
No es fácil conseguir medicinas por aquí.
Aunque nosotros, los asmodianos, estamos acostumbrados al frío, no podemos vivir sin fuego. Solo el fuego puede calentar a los soldados después de una larga marcha o hacer que podamos comer la carne de una presa.
El combustible de la antorcha que protejo es éter de Pandemónium. Por eso el viento no la puede apagar.
Cuando oscurece hago que dé más luz para mantener alejados a los muertos vivientes.