Saludos.
Soy luchador, pero me he retirado.
He decidido renunciar porque soy demasiado perfeccionista y tengo unas exigencias muy altas.
Quería tener compañeros de batalla perfectos, por eso cada vez nos peleábamos más.
No era raro que enviase de vuelta a casa a los Daevas que no venían con la armadura adecuada o que traían medicamentos líquidos.
Así que digamos que no era muy popular.
Decían que soy demasiado exigente.
Por eso intenté quitarme la costumbre de pedir unas exigencias tan altas. Pero un día me di cuenta de que mi perfeccionismo era como una enfermedad que no me podía quitar de encima tan fácilmente.