Asfelumbra.

¡Que la paz de la oscuridad sea con vos!

¿Por qué me miráis así? ¿Os parece raro que un sacerdote se consagre a este tipo de trabajo físico? Tal vez no sea habitual, pero los tiempos que atravesamos tampoco lo son.

El Nobélium está destruido y ahora mismo los habitantes no necesitan palabras sino hechos.

Yo rezo con ellos, pero a veces me pregunto si los soberanos nos escuchan siquiera.

Tal vez... por lo menos uno.