¡Lealtad y armas!
Siempre me alegro de encontrarme con otros Daevas.
Yo mismo estoy un poco verde, no me avergüenza reconocerlo. Esta es mi primera misión como centinela y aún me queda mucho por aprender. El servicio de verdad no tiene nada que ver con la instrucción. Si me desconcentro un solo momento, pongo en peligro la vida de otras personas. ¡Todos depositan su confianza en mí!
Preferiría enfrentarme al enemigo en combate. Da igual lo agotadora que sea la lucha, no hay nada peor que la carga anímica a la que está sometido un centinela. ¡Además, tengo que estar pendiente de todos los hombres, mujeres y niños! Pero las órdenes son órdenes. Un Guarda hace lo que le encargan.