Un placer.
Cuando era mortal, la gente solía reírse de mi aspecto.
Tenía complejo de inferioridad y llevaba una vida depresiva.
Como es de esperar, tampoco tenía amigos.
Pero un día, después de despertar como Daeva y convertirme en protectora, mi vida cambió.
No hay muchas protectoras y guapas, todavía menos.
Por eso aumentó la seguridad en mí misma.
No es que sea especialmente bella, pero aun así entro en el grupo de las protectoras guapas.
Je, je.