Capítulo 1: Un lugar llamado Prímum

En cuanto los sabios asmodianos tuvieron un conocimiento básico sobre Resanta y el Abismo, Pandemónium ordenó construir una fortaleza que habría de servir como punto de vinculación y de partida para seguir investigando aquella misteriosa región.

En esa primera fase, muchos Daevas asmodianos desaparecieron para siempre mientras exploraban el para ellos desconocido Abismo. Era sumamente importante construir un obelisco en Resanta.

Aquellos intrépidos exploradores descubrieron exactamente lo que los soberanos sedim necesitaban: una isla flotante en la parte nororiental de la zona inferior de Resanta era la ubicación perfecta para la primera fortaleza asmodiana en el Abismo, a la cual bautizaron como "Prímum".

Prímum disponía de todo lo que los soberanos sedim buscaban: un terreno estable de pesadas rocas metálicas, una suave corriente etérica cíclica y un clima fresco pero moderado.

Gracias a su proximidad con la cresta de Latesran, Prímum también pudo servir como punto de partida para las legiones destinadas a la zona superior de Resanta.

En cuanto estuvieron listos los primeros planes, los Arcontes comenzaron a erigir los muros de la fortaleza y una nueva legión, los Defensores de Prímum, empezaron a patrullar para proteger a los trabajadores.

Capítulo 2: La vileza de los elios

Entre las particularidades de Prímum cabe destacar que contiene restos de muros de fachada construidos antes de la Gran Catástrofe: posiblemente fragmentos de la mismísima Torre de la Eternidad.

Aquellas antiguas construcciones se integraron en los cimientos y los Arcontes reconstruyeron o despejaron los restos de los puentes y muros destruidos de la época anterior a la Gran Catástrofe.

Toda Asmodia esperaba con impaciencia que se terminase la Fortaleza de Prímum. No obstante, había más ojos observando la intensa actividad en Prímum: los de los elios, que también buscaban una isla adecuada para una fortaleza en el Abismo.

La Fortaleza de Prímum sufrió el primer ataque elio cuando aún estaba a medio terminar.

A pesar de su inferioridad numérica, los elios lanzaron un ataque encarnizado y los comandantes asmodianos creyeron que estaban intentando hacerse con Prímum porque no habían sido capaces de encontrar un lugar comparable para su propia fortaleza. La teoría quedó confirmada por el hecho de que los elios atacasen solo a las tropas asmodianas, pero no a las propias instalaciones de la fortaleza.

Aquel día, la legión de los Defensores de Prímum se ganó los elogios de toda Asmodia por haber luchado heroicamente para rechazar a los elios y haber conseguido reducir al mínimo las bajas en sus propias filas.

Capítulo 3: El rechazo de los Balaúres

Después de haber obligado a los elios a dispersase y retroceder, Pandemónium aceleró la construcción de la fortaleza. Sin embargo, cuando estaba entrando en la última fase de su construcción, la fortaleza hubo de superar su primera prueba de resistencia.

Los Balaúres lanzaron un ataque masivo. Con el objetivo de atacar la propia fortaleza y no solo probar su defensa, lanzaron una ofensiva a gran escala. Atacaron la fortaleza desde arriba y desde abajo y obligaron a los Defensores de Prímum a defender todos los frentes simultáneamente.

El campo etéreo que debía proteger la fortaleza aún no estaba terminado, por lo que los asmodianos sufrieron una ingente cantidad de bajas; incluso hoy día se desconoce la cifra de muertos. El ataque de los Balaúres destruyó y dañó numerosos edificios de la fortaleza.

Sin embargo, no todo estaba perdido. El obelisco de Prímum ya se había erigido, lo que redujo el número de víctimas. Los Defensores de Prímum se vieron obligados a ir retrocediendo poco a poco ante la presión de los Balaúres, pero defendieron el obelisco y a sus sanadores de almas hasta el amargo final. Gracias a una hábil maniobra de distracción, consiguieron que los arquitectos daevas pudieran volver a trabajar en el Generador del campo etéreo en medio del fragor de la batalla.

Cuando cayeron las puertas de la fortaleza, Prímum sufrió un nuevo ataque por parte de los supervivientes de las fuerzas de ataque elias, lo que convirtió la batalla en una lucha entre los tres bandos.

A los Defensores de Prímum les costó sangre, sudor y fuerzas asmodianas repeler a los asaltantes el tiempo suficiente y finalmente hacerse con la victoria para que los ingenieros daevas pudiesen terminar su trabajo y activar el Generador del campo etéreo. Al mismo tiempo, la legiones de las Jasias rojas y la Grito de trueno llegaron desde Pandemónium y enviaron a la horda balaúr de vuelta a las profundidades del Abismo.

Capítulo 4: La lucha continúa

Después de que las legiones asmodianas rechazaran a los Balaúres, reforzar el campo etéreo alrededor de la Fortaleza de Prímum fue la máxima prioridad para los ingenieros daevas. Con metales traídos desde todos los rincones de Atreia, se erigió un doble anillo alrededor de toda la isla flotante.

Después, los soberanos sedim grabaron personalmente runas de poder en ellos: un arduo trabajo que, sin embargo, hizo que el campo etéreo se volviese casi invisible.

Hasta la actualidad, todos y cada uno de los legionarios de los Defensores de Prímum saben que el obelisco y el Generador del campo etéreo representan el último punto de encuentro para quienes defienden la fortaleza.

Poco después de terminar los anillos, los agentes asmodianos averiguaron que los elios habían comenzado a construir su propia fortaleza en una isla llamada Téminon.

No obstante, aquel primer ataque balaúr había costado un tiempo muy valioso a Asmodia. Si no hubiese sido por las graves pérdidas de aquella batalla, los elegidos de Asfel tendrían el control absoluto sobre Resanta.

Pero como saben todos los asmodianos, esos lamentos son solo para los débiles. Nadie puede afirmar que a Asmodia le faltan fuerzas para salir victoriosa de este asunto. En el momento de firmar estas líneas, los elios han terminado su Fortaleza de Téminon y la lucha de los tres bandos por el Abismo no ha hecho más que empezar. Aun así, no albergo ninguna duda de que pronto redactaré un nuevo capítulo titulado "La conquista de Elísea".