¡Saludos, Daeva!

Os lo aseguro: desde que soy administrador de almacén nunca he perdido un solo objeto ni he confundido al propietario de un objeto.

Podéis confiarme tranquilamente vuestras cosas.

Utilizáis el almacén.

¡Saludos, Daeva!

Os lo aseguro: desde que soy administrador de almacén nunca he perdido un solo objeto ni he confundido al propietario de un objeto.

Podéis confiarme tranquilamente vuestras cosas.

¡Hasta pronto!