Los comerciantes de alimentos tienen que ser doctos en su campo.

Así es mucho más fácil ofrecer los productos adecuados para el cliente aunque no se conozcan las recetas.

Aunque, en realidad, hoy en día los Daevas saben tanto que no suelen necesitar ninguna explicación.

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¡Que la paz de la oscuridad sea con vos!

(Termináis la conversación).