Me alegro de veros.

Qué buenos tiempos cuando uno veía la luz del Abismo y el camino que recorría.

Ahora en el Abismo solo reina la oscuridad y el caos.

Y es un doloroso hecho el que no podamos sino aniquilar a los asmodianos, que antaño eran nuestros hermanos y hermanas.

Que la bendición divina mitigue nuestro dolor...

(Termináis la conversación).