Asfelumbra.

Aunque no éramos muy pudientes, siempre dimos gracias a los soberanos sedim por lo que teníamos. Nuestra felicidad se truncó cuando mi marido se convirtió en muerto viviente.

Atacó incluso a nuestro hijo Rotenan. No quiero ni pensarlo.

No puedo permitir que le ocurra algo a mi hijo. Haré todo lo que pueda para poner a Rotenan a salvo.

Sois muy valiente.