¡Saludos, Daeva!
Me da mucha rabia.
A menudo soy objeto de desprecio solo porque no doy la impresión de ser especialmente fuerte y resistente.
No importa lo mucho que me esfuerce para ser un guerrero valiente: no recibo reconocimiento alguno por mi ahínco.
A pesar de todo, los otros aprenderán a apreciarlo antes o después.