Aunque muchas veces me malinterpretan, soy cariñosa.
En realidad hay pocas mujeres tan amables como yo.
Creo que al enemigo no hay que mostrarle ni la más mínima compasión.
Cuando digo esto, todo el mundo piensa en cómo puede ser tan despiadada una mujer.
¿Acaso no me basta con ser buena con mi amado?
No creo que deba extender ese cariño a los demás.