Me gustaría pediros algo, [%username]. También podría dirigirme a otro, pero vuestras habilidades artesanales desmienten vuestro estatus como [%userclass].
Es asombroso lo rápido que adquirís estas habilidades. Probablemente eso es lo que me hace dirigirme a vos para asuntos importantes procedentes del Abismo.
Lucio. Hace todo lo posible para que nuestros Daevas estén bien armados, pero la contienda ha alcanzado dimensiones insospechadas y ha disparado la necesidad de suministros.
Un oficial de alto rango de la legión Escudo de Nececán le pidió hace poco una pieza hecha a medida. Por desgracia, su taller local no está lo bastante equipado como para elaborar esa empuñadura personalizada y el comprador es muy, muy impaciente. No quiero ni imaginarme la reacción de ese capitán si Lucio no puede suministrarle pronto esta pieza. La guerra cambia a las personas, ¿sabéis? A veces, ni siquiera se las reconoce.
¿Podríais entregar por mí la empuñadura de bastón? Habéis demostrado que sabéis cuidar muy bien de vos mismo[f:"misma"] y en este viaje podréis familiarizaros con el campo de batalla.
Sabía que podía confiar en vos. La lealtad no tiene precio en tiempos de guerra; estoy seguro de que vuestros servicios serán muy codiciados.
Aquí tenéis la empuñadura. Llevádsela a Lucio en cuanto podáis. ¡Se quitará un peso de encima cuando la vea!
Oh. ¡Estaba seguro de que ayudaríais!
Esto no está bien; nada, pero que nada bien. Podría encargárselo a otros Daevas, pero me temo que no están a la altura de los retos del Abismo.
¡Ya sabéis que no os lo hubiera pedido si no fuera urgente de verdad!
Os digo lo mismo que dije al último legionario: ¡no es culpa mía!
Encargo las armas y las piezas tan pronto como puedo, pero con estas ventas es casi imposible satisfacer los pedidos.
¡Oh, muchas gracias!
Parece que tengo que estar justificándome continuamente frente a los legionarios de los Escudo de Nececán. Por lo visto, uno de mis clientes les hace la vida bastante difícil.
Con la empuñadura de Útsida por fin podré entregar ese pedido y conseguir algo más de paz en el Abismo.
Viajar a Resanta y llevarle a [%dic:STR_DIC_N_Lucius] la Empuñadura del bastón de coa
Llevad la Empuñadura del bastón de coa que os ha dado Útsida a un comerciante de armas llamado Lucio, que se encuentra en el Embarcadero de Téminon, en Resanta.
Útsida os pidió que le llevarais una entrega a Lucio, un comerciante de armas del Embarcadero de Téminon.
Cuando le entregasteis el paquete de Útsida, os lo agradeció y os dio una recompensa.