¡Asfelumbra!

Los Úrsidos deben de estar muertos de hambre para acercarse tanto al pueblo.

Mis compañeros y yo hemos dejado de cazarlos para vigilar nuestros hogares. A fin de cuentas, aquí no todos son cazadores y nadie quiere perder un hijo.

Esperemos que la situación cambie pronto...

¡Permaneced alerta!