¡Que la luz ilumine vuestro camino!
El almirante Gorgos nunca ha estado tan nervioso como hoy. No obstante, la carga que supone dirigir la unidad en estas condiciones tan peligrosas, escasos de provisiones... bueno, necesita conseguirlo.
Estamos aquí para acabar con los muertos vivientes y vencer a Bollvig, sin embargo, apenas hemos avanzado. No es su culpa, pero el almirante se toma este tipo de fracasos muy a pecho.
Intento encargarme de los problemas menos importantes para que esté un poco más desahogado.