Que las alas de Asfel os cobijen bajo su sombra.

¿Habéis estado hace poco en Morfugio? ¿Visteis allí a mi marido?

Quizá. ¿Quién es? Seguro que no.

Si os lo hubieseis encontrado, lo sabríais. Fue a Morfugio a conseguir mercancías para un negocio.

Yo le pregunté qué clase de negocio podía ir a hacer allá. Que eso era ser un mal comerciante. Pero no me hizo ni caso.

Desde entonces no he vuelto a saber de él. Espero que esté bien. No me lo perdonaría nunca si esa hubiera sido nuestra última conversación...

Si es fuerte, seguro que volverá.