¡Malditos monstruos codiciosos! Solo con pensar en las infamias que han...
¿Me echaréis otra mano?
He estado leyendo acerca de los incalculables y valiosos tesoros que hay en el templo.
Libros antiguos, hierbas sustanciosas, gemas valiosas, misteriosos tejidos, extraños animales y plantas... ¡De todo! Tan solo pensad cuántos libros se podrían comprar, a cuántos amigos podríamos ayudar...
Claro que el tesoro explicaría por qué esos zafios acechan sigilosamente alrededor del templo.
Los [plur][%dic:STR_DIC_M_Ettin_31_An] vienen y arrasan con todo lo que se pueden llevar. ¡Todos esos maravillosos tesoros...! ¡Las perlas no están hechas para los Porgos! Ni tan siquiera son conscientes de lo que profanan con su vil codicia. ¡Agh!
¿Acabaréis con unos pocos?
Sabía que, siendo tan estimado[f:"estimada"] en las filas de los [plur][%userclass] como vos, no me dejaríais sola con mis problemas.
Con suerte, en cuanto matéis a unos pocos, el resto saldrá huyendo.
¿Qué? ¿Permitiréis que los Etins os hagan sucumbir en el terror y la miseria?
Entonces es otro[f:"otra"] Daeva a quien espero. No sois el[f:"la"] único[f:"única"]...
¡Contad, contad! ¿Les habéis dado una lección a esos Etins de dientes amarillos?
Si mi deber no me obligara a quedarme en la torre de vigilancia, iría con vos.
Gracias por haber ahuyentado a esas temibles bestias. Imaginarlas mordisqueando libros con su burlona y amarilla dentición me ha quitado el sueño.
Permitidme que os recompense por vuestros esfuerzos, [%username]. Ahorraos la modestia.
Matar a los [plur][%dic:STR_DIC_M_Ettin_31_An] ([%2]/8)
Hablar con [%dic:STR_DIC_N_Ibelia]
Acabad con los Etins de dientes amarillos y volved junto a Ibelia.
La Daeva del céfiro Ibelia no podía dormir porque los tesoros que se hallaban en el templo iban siendo destruidos poco a poco a manos de unos repugnantes monstruos.
Le disteis una lección a algunos Etins de dientes amarillos y ella os recompensó a cambio.