¡Malditos fragmentos!
Esos condenados trozos son un peligro para todos nosotros... y casi ninguno podemos hacer nada para remediarlo.
¿Sí? ¿Qué pasa, [%userclass]? Soy un hombre muy ocupado. No puedo perder el tiempo mientras los fragmentos amenazan Vérteron.
¡Hoy he destruido treinta y siete! Eso son treinta y siete vidas salvadas, pero mientras estoy aquí hablando con vos, se están formando nuevos fragmentos. Claro que tratamos de mantener este fenómeno en secreto para la población. Solo causaría aún más inquietud y, por Ariel... eso es lo último que necesitamos en estos tiempos.
Si no tenéis más preguntas, dejadme, por favor: esos fragmentos no se destruyen solos.
Bueno, la verdad es que una pausita no me vendría nada, pero que nada mal.
El don de volar es uno de los muchos regalos que recibe un Daeva con su ascensión. Dominar el vuelo es imprescindible porque es uno de los aspectos más importantes de todas las misiones de las legiones, sobre todo en el Abismo.
Los malditos asmodianos se han adaptado extremadamente bien a los cielos. Nuestra misión, nuestra responsabilidad, es aprender a volar tan bien como ellos. Solo entonces tendremos una oportunidad de sobrevivir a este desafío.