Un aura de misterio rodea la estatua de piedra primigenia. La superficie fría muestra las cicatrices de la historia.
Su silencio evoca una tristeza especial.
(Cuando posáis la mano en ella, la estatua empieza a estremecerse).
Después de analizar los restos de la estatua, miráis hacia arriba y observáis que le falta la cabeza.
Cuando os fijáis en los bordes rotos del cuello, la estatua comienza a temblar de nuevo, esta vez más fuerte. Notáis una fugaz sensación de frustración.
La estatua desprende calor. Corrientes de gratitud brotan de las grietas de su piel pétrea.
Un frío gélido llena el aire a vuestro alrededor y la estatua parece adoptar una tonalidad más oscura, casi imperceptible.
La estatua tiembla de agitación y desprende partículas de piedra y polvo. Sentís la obligación de encontrar su cabeza.
Encontrar la cabeza de la estatua de piedra
Colocarle de nuevo la cabeza a la estatua de piedra
De camino al [%dic:STR_DIC_FLA18] os ha llamado la atención una estatua de piedra sin cabeza; encontradla.
De camino al [%dic:STR_DIC_FLA18] encontrasteis una estatua de piedra sin cabeza.
Algo os fascinó de esa estatua, así que la tocasteis y, al hacerlo, empezó a temblar. Parecía que quería pediros algo.
Encontrasteis la cabeza y la colocasteis en la estatua.