Un viaje idílico a Porta
Porta nunca ha sido ensalzada como metrópolis animada, pero es un destino excelente para cualquiera que ame la naturaleza.
Una cocina rústica
En el ámbito poco reñido de la cocina de Porta, el jefe de cocina Uno es el claro vencedor. Todos aquellos a los que las delicias de Sánctum les resultan demasiado pesadas, deberían probar sin falta el Pan artesanal de Porta de Uno. Este pan de corteza rústica y sabor a nueces produce nostalgia del campo a todo aquel que lo prueba.
Una hermosa vida
¿Hay algún lugar mejor para disfrutar de las maravillosas puestas de Sol de Porta que el dique de Feira? Después de que pasar una tarde pescando con cañas en el Lago Cliona, ya no es duro estar de guardia en la Puerta de Jeirón. Y en caso de que la suerte os sea favorable, la propia Feira os dará algunos consejos para mejorar vuestra técnica.
No olvidéis llevaros un souvenir. ¡Los recuerdos se borran pronto, pero una tarjeta postal maravillosamente estampada permanece para siempre!
Diversión con setas
Entre las particularidades especiales de Porta está el Camino de los Conidios. En caso de que a vos, como al ermitaño Pernos (tal vez tengáis la suerte de caerle en gracia y no os eche de sus tierras), os resulten aburridos los árboles, con seguridad os gustarán las setas gigantes y amenazadoras de este lugar.
En el caso de que corráis peligro de olvidar una aventura así, deberíais llevaros un talismán de Hongón con la forma de los amigos poco convencionales de Pernos.