Que Ariel os proteja.

Debo reconocer que ha sido una decepción. Me he adentrado en la oscuridad y he vuelto, solo para poder ver el Refugio de Soteria.

Pensé que sería un lugar tranquilo y hermoso. Pero no tiene nada que ver con lo que me imaginaba. Parece que la guerra se ha llevado la belleza y la poesía de este mundo.

La poesía no conoce fronteras ni divisiones.