No olvidéis nunca que en Pangaea todo el mundo es un enemigo que no tiene por qué ser vuestro compañero.
Incluso los que parecen Daevas no tienen por qué ser aliados con los que se pueda charlar.
Por eso no hay que hablar con cualquiera solo porque se parezca a nosotros.
Podría tratarse de una ilusión que un desconocido ha creado para engañaros.
En Pangaea, no deberíais dejaros engañar por las apariencias.