¡Uf, Balaúres por todos lados!

No os preocupéis por mí. ¡Tengo un buen plan!

Pronto llegará una Dragagión a entregar un pedido. Me esconderé en una caja vacía y así conseguiré llegar a bordo.

Cuando desembarquen en Balaurea, ¡salgo a hurtadillas y huyo! Genial, ¿a que sí?

¿Pero no son igual de peligrosas las Dragagiones?