¿Qué tal os va?

Una vez estuve en el desierto.

Allí encontré un Noyolf que me rogó que dibujara una oveja.

A continuación le dibujé una caja que contenía una hermosa oveja.

El Noyolf se alegró enormemente de ello.

Me gustan los Noyolfs como él.

Por eso quedaba con él todos los días mientras me encontraba allí.

Seguís escuchando. Termináis la conversación.

Charlaba muchísimo con el Noyolf.

Una vez le hablé, entre otras cosas, de la rosas que cultivaba en Elian.

Le dije que me hacía cargo de las flores y que las tenía que regar todos los días.

Con ello quería decirle con delicadeza que tenía que regresar a Elian.

No podía despedirme del Noyolf.

Cuando dibujé la oveja para él, tenía que haber dibujado también un collar para que la oveja no pudiera escaparse.

¡Hasta pronto!