Me llamo Lato.

Tengo siete... que diga, ocho años.

Mi papá trabaja aquí. ¿Lo conocéis? Se llama Nadaelo y trabaja con el tío Ivis.

¿Qué quieres, pequeño?

Mmm, bueno... Mi papá ha dicho que tenía que dejarme bendecir por un[f:"una"] Daeva.

Dice que mis hermanas son muy mayores para convertirse en Daevas, así que yo tengo que esforzarme mucho para ascender.

¿Me bendeciríais?

Sí, claro. ¿Por qué iba a hacerlo?

¡Muchas gracias! Papá ha dicho que no puedo volver a casa hasta que no me hayan bendecido 50 veces y vos sois el[f:"la"] quinto[f:"quinta"], así que me tienen que bendecir otras 45 veces.

Oh... y mi madre me ha dado regalos para que pueda agradecer a los Daevas que me bendigan con Quinas.

Te bendigo con 100 Quinas. Te bendigo con 1000 Quinas. Te bendigo con 10 000 Quinas.

Papá ha dicho que no puedo volver a casa hasta que no me hayan bendecido 50 veces y solo llevo 4. ¡Ahora tengo que pasar toda la noche aquí fuera y ser devorado por los Huargos!

Daeva... Sniff... ¡Os odio!

La vida es dura, chiquitín.

¡Muchas gracias! Papá ha dicho que no puedo volver a casa hasta que no me hayan bendecido 50 veces y vos sois el[f:"la"] quinto[f:"quinta"], así que me tienen que bendecir otras 45 veces.

Oh... y mi madre me ha dado regalos para que pueda agradecer a los Daevas que me bendigan con Quinas.

Te bendigo con 100 Quinas. Te bendigo con 1000 Quinas. Te bendigo con 10 000 Quinas.

¿100 Quinas? ¡Yupi!

¡Gracias, Daeva! Un momento... ¿Dónde habré puesto el regalo de 100 Quinas?

¿Podríais bendecirme mientras lo busco?

Aquí tenéis, 100 Quinas. Mi bendición. Aunque...

Los otros Daevas que me han bendecido me han dado 1000 Quinas. Fei me contó que un Daeva le dio 10 000. ¡Qué suerte tiene!

Mmm... No quería parecer tacaño[f:"tacaña"], perdón.

Aquí tenéis, 1000 Quinas. Mi bendición. Aunque...

¿De veras? ¡Qué bien!

Otros niños contaron que habían recibido 10 000 Quinas, ¡pero a mí nunca me han dado tantos!

Oh, disculpadme. Mi madre me ha dicho que tengo que estar callado y ser respetuoso con los Daevas.

Aquí tenéis, 10 000 Quinas. Mi bendición. Aunque...

¿Cómo podéis engañarme así?

Si no me bendecís con dinero, la bendición no sirve para nada. Creo que tengo que llorar...

No tengo nada más que hacer aquí.

¡Muchas gracias!

¡Me voy a esforzar mucho para ascender y volver a veros en Sánctum algún día!

Aceptad esto, por favor. Mi mamá me ha dicho que debo dárselo a los Daevas. Dentro hay una sopa de arroz casera y un regalo. ¡La sopa de mamá está riquísima!

¡Muchas gracias!

¡Me voy a esforzar mucho para ascender y volver a veros en Sánctum algún día!

Aceptad esto, por favor. Mi mamá me ha dicho que debo dárselo a los Daevas. Dentro hay una sopa de arroz casera y un regalo. ¡La sopa de mamá está riquísima!

¡Muchas gracias!

¡Me voy a esforzar mucho para ascender y volver a veros en Sánctum algún día!

Aceptad esto, por favor. Mi mamá me ha dicho que debo dárselo a los Daevas. Dentro hay una sopa de arroz casera y un regalo. ¡La sopa de mamá está riquísima!

Bendecid a Lato con dinero para alimentar su esperanza de ascender a Daeva algún día.

Bendecid a Lato con dinero para alimentar su esperanza de ascender a Daeva algún día.

Conocisteis a un joven llamado Lato mientras estabais en la Ciudadela de Vérteron.

Era el hijo de Nadaelo, un comerciante de armaduras, y recorría las calles durante la fiesta de Año Nuevo para pedir a los Daevas su bendición. A vos también os pidió la vuestra.

Cuando le disteis vuestra sincera bendición y dinero, os dio sopa de arroz y un regalo que su madre le ordenó entregar a todos los Daevas que lo bendijeran.

Nueva misión: [%questname] Activa: [%questname]