Repartíos bien vuestras raciones.

¡Asfelumbra!

En un desierto, la comida y la bebida son especialmente importantes.

Incluso cuando vinculáis vuestra alma a un obelisco, el hambre y la sed pueden ser muy atormentadores.

Y en este sentido no tiene importancia si se es humano o Daeva.

(Termináis la conversación).