¡Arieluma!

El centurión Layo tiene una habilidad y una experiencia considerables. Es un libro andante de técnicas de combate.

Pero no lo valoran. No tiene pelos en la lengua y a algunos no les gusta oír las verdades, ¿entendéis?

Es rudo tratando a sus soldados, pero con eso solo trata de aumentar al máximo sus posibilidades de supervivencia. Una formación estricta endurece a los soldados.

Eso es cierto.