Gracias a vos he podido comer algo, [%username], pero ahora tengo que pensar cómo llenar el estómago de los vigilantes del pueblo.
¡Es peor que combatir! ¡Esos no hacen otra cosa que comer! Debo conseguir los ingredientes necesarios y leña para preparar la comida y encima tengo que fregar los cacharros.
A veces creo que preferiría sacar mi espada del baúl y volver al campo de batalla.
Esos vigilantes no friegan ni su plato después de comer. ¡Es como alimentar a un Draco!
¿Podéis ayudarme, [%username]? Sé que probablemente no sepáis cocinar, pero si consiguierais algo de leña, me sería de gran ayuda.
¿Tenéis tiempo?
Ojalá los vigilantes fueran tan gentiles como vos, Daeva. Gracias.
Ya lo hicisteis una vez, así que ya sabéis lo que necesito, ¿no? Traedme como una docena de [plur][%dic:STR_DIC_I_quest_1591a]... Son los bastones de los [plur][%dic:STR_DIC_M_Spectre_41_An] de las Ruinas de Patema.
Parece ser que arden eternamente. Ni siquiera un viento fuerte puede apagarlos.
No tenía que habéroslo pedido, [%username]: sé que estáis muy ocupado[f:"ocupada"]. Disculpadme.
Hablaré con el sacerdote, pero la última vez que le pedí ayuda me envió a un Sulaco y esa pequeña bestia se lo zampó todo.
¡Arieluma! ¿Tenéis los bastones?
He cazado un montón de Cangrejos de playa mientras estabais fuera. Ahora puedo cocinarlos para que esos carnívoros desagradecidos se vayan a dormir con la panza bien llena.
Acabar con los Fantasmas de la maldad es mucho más difícil de lo que parece, pero no creo que eso sea una razón para rendirse, ¿no?
Como aún queda algo de tiempo antes de comer, os ruego que reunáis algunos [plur][%dic:STR_DIC_I_quest_1591a] de los [plur][%dic:STR_DIC_M_Spectre_41_An].
Por favor, traedme 10, tal como acordamos.
¡Oh, magnífico, Daeva! Frescos y secos, tan secos como el legendario humor de Andu. Van a arder de lujo.
Me habéis ayudado mucho. Tomad; no es mucho, pero aceptadlo.
Derrotar [plur][%dic:STR_DIC_M_Spectre_41_An] y llevarle sus [plur][%dic:STR_DIC_I_quest_1591a] a [%dic:STR_DIC_N_Camana]
[%collectitem]Ayudad a Camana recolectando la leña que necesita para preparar la comida de los vigilantes.
El sacerdote le había ordenado a Camana que cocinara para los vigilantes del pueblo.
Os pidió que le llevarais unos cuantos Bastones flamígeros de los Fantasmas de la maldad para hacer leña y vos lo hicisteis encantado[f:"encantada"].