Ah, [%username]. Tengo que confesaros algo y pediros un favor.
Primero la confesión. ¿Estáis preparado[f:"preparada"] para una sorpresa...?
¡Ahora estoy con Namo!
Lo sé, lo sé... ¡pero qué le voy a hacer! Por un lado es muy bruto, pero por otro es lo bastante romántico como para idear planes absurdos... ¡como robar mis vestidos para que me enamore de él!
Cuando fui a Porta, al pobre casi se le escapó el ánima del susto. Me suplicó que lo perdonara y, mientras hablábamos, me llamó la atención esa encantadora y entrañable faceta suya...
Me gustaría que un día se mudara a Sánctum y viniera a vivir conmigo, pero hasta entonces nos veremos cada vez que yo esté en Porta.
Bueno... Creo que el amor puede surgir en los lugares más extraños.
Esa ha sido la confesión. Y este es el favor: he hablado con Anteros y le he encargado que fabrique un Hacha de silibaro para Namo. Esas hachas siempre están afiladas, sin importar lo que les pase. Con ella, Namo se convertirá en el mejor leñador de todo Daminu.
Anteros dijo que el hacha estaba lista, pero he tenido cosas que atender una pequeña emergencia: un asunto familiar del que tengo que ocuparme. ¿Podéis ir a por el hacha en Anteros y volver a reuniros conmigo aquí, [%username]?
Bien. Sabía que podía contar con vos.
Encontraréis a [%dic:STR_DIC_N_Anteros] junto a los demás de su puesto, en el [%dic:STR_DIC_FLA36].
En cuanto hayáis conseguido el Hacha de silibaro, regresad rápido.
Qué lamentable. ¿Lo único que os interesa es la ropa femenina?
Entonces marchaos, [%username], pero recordad esto: algún día desearéis haberos hecho responsable de las cosas que realmente importan... ¡cosas como el amor!
Por lo que a mí concierne, mañana iré yo misma a visitar a Anteros y al final Namo recibirá su hacha.
Lo siento, pero por ahora no tengo tiempo para una clase de herrería. Ya estoy intentando terminar estos pedidos particulares cuanto antes.
Si necesitáis algo de inmediato, hablad con los comerciantes: tienen armas buenas y resistentes... aunque sean algo caras.
¿Es cierto que Seirenia se ha enamorado de un leñador de Porta? Debe de ser algo muy serio si le regala un machado así.
Llevo décadas elaborando Hachas de silibaro para la guerra... Fabricar una para un simple leñador me parece un desperdicio de tiempo y de material.
Pero bueno, los encargos son los encargos, ¿no es así? Aquí tenéis el hacha. Espero que el novio leñador de Seirenia la trate con el respeto que merece un arma así.
¿Habéis ido a por el hacha?
¡Qué alivio! Aunque Anteros le diga a alguien que ha terminado una cosa, no significa se la dé: si descubre el más mínimo defecto al pulir el arma acabada, la tira y comienza de nuevo.
A Namo no le importaría un pequeño defecto. Creo que ni siquiera lo notaría; lo que desde luego sí le decepcionaría es que no le den su hacha pronto.
¡Ay! ¡El filo es más afilado de lo que parece!
Muchas gracias por haber ido a por ella, [%username]. Con algo de suerte, esta noche ya podré entregársela a Namo. Por favor, tomad esto como muestra de mi... ¡uy!, quiero decir... de nuestro agradecimiento.
¡Lealtad y armas, Daeva!
Ir a por el Hacha de silibaro de [%dic:STR_DIC_N_Anteros]
Entregar el Hacha de silibaro a [%dic:STR_DIC_N_Seirenia_city]
Seirenia os ha pedido un favor. Id a ver a Anteros, pedidle el Hacha de silibaro y llevádsela de vuelta a Seirenia.
Tras haberse conocido de una forma poco ortodoxa, Seirenia y Namo el leñador se enamoraron.
Seirenia os contó que había mandado fabricar una nueva hacha para Namo. Por desgracia, no tenía tiempo de ir a por ella, por lo que os pidió que fueseis en su lugar. Visitasteis a Anteros, el forjador de armas, le pedisteis el hacha y se la entregasteis a Seirenia.