¡Arieluma!

No me habría imaginado que la tropa que he enviado pudiese llegar hasta este lugar en una situación tan complicada.

Cuando los elios marcharon por primera vez a Cantalón, la zona estaba ocupada por los desertores de Tiamat.

Muchos Daevas fueron petrificados con un hechizo durante el combate.

Si cierro los ojos todavía puedo ver la terrible escena.

(Termináis la conversación).