Asfelumbra.
Esta fortaleza parece pacífica, ¿no?
Al menos desde fuera... bajo la superficie, es otro cantar.
Ascendí a Daeva para hacer seguros sitios como este. Me acuerdo como si fuera ayer...
Estaba haciendo un recado... tenía que llevar un cubo al pueblo de al lado. Una banda de ladrones me rodeó, querían quitarme el cubo.
Hasta aquí hemos llegado, pensé yo, y defendí el cubo con uñas y dientes. No iba a dejarme matar tan fácilmente.
Iba perdiendo, pero de repente me sentí... diferente. Me empezó a doler la espalda: me estaban saliendo las alas. Y ese día, volé por primera vez.