¡Por Pandemónium!
Convertirme en Guardián sombrío fue muy especial para mí. Tuve que aguantarme las lágrimas cuando supe de mi nombramiento.
Para mí, la corrupción es como una espina clavada en el costado, hay demasiados afectados por esa epidemia. Me consume la cólera solo de pensarlo. Poder contribuir a su erradicación es un gran honor, el mayor de los honores.
Por supuesto, eso se consigue con dos medidas: prevención y castigo. Espero que a vos no os tenga que aplicar ninguna de ellas.